sábado, 14 de marzo de 2009

La conducta humana. Método de estudio

En todo análisis sobre la conducta humana en el paleolítico siempre habrá que tener en cuenta nuestro propio subjetivismo de naturaleza inconsciente, pues nuestro razonamiento siempre está limitado y encauzado por nuestra formación académica y experiencia personal. Es necesario elaborar un método de análisis que evite en lo posible tales objeciones y nos aporte un camino a seguir con cierto rigor científico. En este sentido, algunos autores opinan que el Estructuralismo puede ser una posición interesante en el intento de estudiar objetivamente las realidades sociales o colectivas de la Prehistoria. Esta corriente teórica se fundamenta en la aceptación de unas estructuras o modelos genéricos, aparentemente no visibles, sobre el funcionamiento que rige la conducta humana (Lévi-Strauss, 1964). En relación con la conducta (social, lingüística y simbólica) deben existir unas reglas ocultas que usamos constantemente pero que no somos conscientes de ellas. Por tanto, las estructuras de percepción (sentidos) y procesamiento (cerebro) de la realidad serían similares en todos los grupos humanos, lo que implicaría que tenemos una forma básica, común a todos los pertenecientes a nuestra especie, de conocer e interpretar la realidad material del mundo en el que vivimos. Así, el Estructuralismo intenta realizar una interpretación objetiva, pues para él, el sujeto que se analiza (seres humanos de la prehistoria o actuales) no es importante, dado que ambos están determinados por esas características comunes que encauzan las acciones de la sociedad, y tampoco el que lo estudia (antropólogo, arqueólogo, etc.), pues sólo intenta descubrir los códigos comunes para entender la percepción de la realidad del grupo observado. No obstante, su principal problema ha sido el desconocimiento de las características de esas estructuras psicobiológicas comunes de percepción e interpretación, por lo que el estudio de su desarrollo se ha realizado sin ninguna guía teórica que lo encauce.

Con esta visión, la única manera de tener un mínimo de objetividad en el estudio de los avances simbólicos de la prehistoria es creando un modelo teórico común a todos los seres humanos, pero independiente de los aspectos particulares de la cultura que pueden tener diferentes poblaciones humanas en un preciso tiempo y espacio। Por tanto, su utilidad queda limitada a aquellos factores comunes o estructurales propios de nuestra especie, que pueden aplicarse a los seres humanos actuales y a los que desarrollaron las culturas del Paleolítico. Las características relacionadas con la Biología Evolutiva, Neurología, Psicología, Lingüística y Sociología ofrecen un panorama fácilmente identificable con un estructuralismo funcional, es decir, con la base funcional sobre la que se va ha desarrollar nuestro pensamiento y conducta, siendo común en todos los seres humanos. No obstante, la forma en que esta percepción y procesamiento de la realidad va a dar lugar a la construcción cultural (socioeconómica, tecnológica y social), sería distinta en los diferentes grupos humanos que conocemos. En definitiva, lo que se quiere dar a entender es que los sentidos de percepción de la naturaleza y su procesamiento en el sistema nervioso de los seres humanos, son iguales para todos los de la misma especie. Por tanto, cada grupo social de una misma especie humana puede, independiente unos de otros, ir creando una estructura social y personal diferente. Lo que en un principio es común, en su desarrollo se iría diversificando. Naturalmente, los componentes de cada una de las diversas especies de nuestro linaje tendrían unas características funcionales propias, que limitarían la forma de adquirir y procesar la información del medio ambiente.

El método propuesto consta de tres apartados generales, aunque en su aplicación practica deben ser usados como un unidad teórica de carácter unitario.




I. Modelo multidisciplinar de evolución conductual y simbólica. Constituyen el fundamento de todo estudio conductual, tanto del presente como del pasado, pues indica las pautas generales de ese estructuralismo general anteriormente citado.


II. Características del simbolismo humano. Nos ofrece aspectos básicos sobre las características del simbolismo en nuestro género. Hay que tener en cuenta que la conducta humana, en todos los periodos de su evolución, siempre tuvo un componente simbólico que le diferenciaba de las demás especies de primates (el lenguaje fue la primera conducta simbólica humana) .


III. Condiciones de estudio. La forma de encauzar la gran cantidad de información que sobre este problema existe en el registro arqueológico es de gran importancia, pues siempre debemos de tener presente ciertas condiciones básicas।Aunque ahora parezca poco claro este modelo, se irá ampliando poco a poco. En mi bibliografía se habla ampliamente de estos temas:

* RIVERA ARRIZABALAGA, A. (2007): “Evolución y conducta”. Arqueoweb 9 (1). UCM. URL http://www.ucm.es/info/arqueoweb/numero9_1/conjunto9_1.htm
* RIVERA ARRIZABALAGA, A. (2005): Arqueología cognitiva. El origen del simbolismo humano. Arco/Libros. Madrid.
* RIVERA ARRIZABALAGA, A. (2009): Arqueología del lenguaje. La conducta simbólica en el Paleolítico. Akal. Madrid.

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