domingo, 1 de julio de 2012

Inicio del Paleolítico superior. Tesis y antítesis

En el desarrollo de cualquier ciencia siempre se producen amplios y continuos enfrentamientos dialécticos entre los que tienen una visión de un problema y los que, no estando de acuerdo con ella, defienden otra con un carácter antagónico. La dialéctica lo define como el proceso en el que a una determinada concepción o tradición, entendida como tesis, se contrapone los problemas y contradicciones que ésta pudiera tener, siendo entendida como antítesis. De esta confrontación surge una resolución o una nueva comprensión del problema, constituyendo lo que ha denominado como síntesis. La primera y segunda parte de este proceso dialéctico encaja perfectamente con la polémica de la transición al Paleolítico superior en Europa, sobre el papel que en la misma tuvieron los humanos anatómicamente modernos (HAM) y los humanos neandertales (HN). Y digo de la primera y segunda parte porque de la síntesis parece que nadie quiere ni oír hablar, cada uno defiende su posición cada vez con mayor firmeza, buscando y resaltando los datos que pueda favorecer su postura. 

El desarrollo de esta tesis y antítesis sobre la transición paleolítica se ha realizado con los medios arqueológicos tradicionales, como son el estudio de los fósiles humanos y de animales, de la tecnología encontrada, de la estratigrafía de cada yacimiento con sus dataciones cronológicas y su relación con otros yacimientos, de las fuentes de materia prima, etc. Sin embargo, a pesar de que algunos de los problemas en discusión (conducta simbólica, de la cognición humana, del lenguaje, etc.) tienen un fundamento poco relacionado con ellos, son los únicos medios que se emplean en su análisis. Hay que tener en cuenta que son temas más relacionados con las ciencias que estudian estos conceptos (Psicología, Neurología, Biología evolutiva, Ciencias sociales, Genética, Lingüística, etc.) que con las meramente arqueológicas. No obstante, en el estudio de los datos temporales y geográficos (cuándo y dónde) de la conducta simbólica, los medios arqueológicos son aparentemente suficientes, pero en el análisis de las causas y formas de desarrollo (porqué y cómo) son claramente insuficientes. A pesar de ello, los autores ofrecen unas descripciones y puntos de vista ampliamente subjetivos que intentan explicar lo que ven o creen ver en los yacimientos. Cuando los datos son muy ambiguos, como es muy frecuente en la transición paleolítica, la polémica aparece con rapidez, las posiciones se enquistan y la ciencia requiere de una síntesis teórica para poder avanzar. Analizaré con más detalle estas posiciones encontradas.

Tesis

A finales del siglo pasado se elaboró una teoría sobre el origen de los HAM y de su expansión al resto del mundo (Out of Africa). En Europa aparecieron aspectos muy particulares, pues en este continente ya vivían los HN. Esta teoría expresa de forma muy generalizada la llegada de los HAM a Europa portando una cultura moderna y simbólica (Auriñaciense). Su influjo tecnológico, cultural y cognitivo dio lugar a una aculturación de los HN, lo que impulsó el desarrollo del Chatelperroniense y Uluzziense (ejemplos de culturas del Paleolítico superior). Tal visión fue interpretada casi como una verdadera invasión europea por los auriñacienses, aunque se desconocía totalmente dónde pudo originarse su cultura. Su éxito expansivo se fundamentaba en una aparente superioridad cognitiva y cultural sobre los neandertales, consecuencia de que éstos tenían unas capacidades cognitivas muy elementales que impedirían la posibilidad de una autóctona evolución conductual de base simbólica. Los escasos avances tecnológicos y simbólicos vistos en los HM (Chatelperroniense y Uluzziense) fueron adquiridos por influencia directa de los HAM. Esta relación fue denominada de diversas maneras: interacción cultural, aculturación, cambio transcultural, emulación. Pero siempre en el sentido de los HAM hacia los HN, aunque con diferente grado de influencia.

Los primeros yacimientos de los HAM se repartieron a lo largo del continente europeo, recibiendo el nombre de Auriñaciense, aunque con diferentes calificativos en función de sus características tecnológicas y aparentemente épocas (Auriñaciense de transición, Correziense, Auriñaciense 0, Arcaico, Fumaniense, Protoauriñaciense, Inicial, Antiguo, etc.). La tecnología lítica era la principal base de caracterización cultural, así como de su adscripción al Paleolítico superior (tecnología laminar). Los HAM con mejor tecnología y conducta simbólica (consecuencia directa de sus mayores capacidades cognitivas) fueron ocupando Europa, desplazando y marginando a los neandertales, los cuales no pudieron ver el peligro que para la supervivencia de sus poblaciones tal situación significaba, lo que acabó con su desaparición. Naturalmente, existían otras versiones sobre su desaparición sin ninguna base arqueológica, destacan las del genocidio a los HN o la de expansión de una enfermedad infecciosa para la cual los HN no tenían defensas inmunológicas que ofrecer.

Los datos que entonces se manejaban consistían principalmente en la certeza de las capacidades cognitivas de los HAM (las mismas que las nuestras en la actualidad), su mejor desarrollo tecnológico (lítico y óseo), las conductas claramente simbólicas (adornos) y las mejores y más amplias relaciones sociales (similitud cultural en la gran mayoría de los yacimientos definidos como auriñacienses, lejanas importaciones de materias primas, etc.). También, los estudios paleoantropológicos indicaban con claridad la gran diferenciación corporal y, más recientemente, neuroanatómica (Bruner, 2003), que se apreciaba entre los HAM y los HN. En este campo se añadía la falta de pruebas claras sobre una posible hibridación, lo que acentuaba la idea de que fueran dos especies diferentes. Se tenía claro la superioridad en todos los niveles de los HAM sobre los HN. Si aparecían reflejos de la conducta moderna entre los HN era por directa influencia, y por tanto copia, de las culturas asimilables a los HAM.

Problemas. Existían algunos problemas que por entonces no eran capaces de alterar el conjunto de la tesis entre la mayoría de los prehistoriadores, aunque no todos opinaban lo mismo.

- Perjuicios valorativos. La única forma de poder tener cierto conocimiento sobre las capacidades cognitivas de una población es analizando la conducta observada en sus yacimientos. Sin embargo, la antigua tradición arqueológica sobre el primitivismo de los HN, y ciertos perjuicios de un pensamiento a favor del alto grado de las capacidades cognitivas de los HAM, favorecía la tesis en la que la diferencia cognitiva era la explicación de los datos recogidos en los yacimientos. Aparentemente todo encajaba, obviándose lo que parecía que no se adaptaba.

- Se pensaba que los HAM llegaron a Europa ya con una tecnología Auriñaciense, aunque se desconociera totalmente dónde pudo originarse y desarrollarse. La falta de yacimientos (tanto en el Próximo Oriente como en Europa), que en su estratigrafía  reflejaran su evolución a partir del Musteriense, era la causa de tal apreciación. Su excusa era que aún no se habían descubierto, pero que deberían de existir, y tarde o temprano se encontrarían.

- Igualmente, las dataciones de los primeros yacimientos auriñacienses eran poco fiables (limitaciones del C-14 en ese periodo y falta de calibración de las fechas obtenidas), lo que dificultaba su correcta ubicación y la correlación temporal con los datos climáticos y de todos los yacimientos en conjunto.

- La tecnología de los primeros yacimientos auriñacienses a veces era muy imprecisa (sobre todo las más antiguas), apreciando relaciones musterienses con posibles connotaciones locales. Esto no encajaba con la llegada de una cultura más elaborada desde un lugar remoto y lejano.

- No existe una correlación paleoantropológica de los HAM con los primeros yacimientos auriñacienses.

 Antítesis.

Todas estas consideraciones sobre la superioridad de los HAM sobre los HN, y de la propia incapacidad en todos los niveles del neandertal, fueron despertando un sentimiento o apreciación de que la realidad no pudo ser tal y como la exponían los creadores de la teoría de Out of Africa. Ya desde los primeros momentos de su divulgación teórica, diversos autores interesados con el periodo de la transición paleolítica no estaban de acuerdo, opinando que los HN tuvieron un papel en dicha transición mucho más importante.

Se comprobó que la perduración temporal de los HN fue mucho más prolongada que la que se decía en un principio, tal como se deducía de las dataciones musterienses del sur de la Península Ibérica, y posteriormente de la Cornisa cantábrica, pudiendo llegar sobre los 30.000 BP. Los enterramientos musterienses atribuidos al Neandertal fueron considerados como una conducta que desmentía la falta de simbolismo de estos humanos. Igualmente, se empezaron a conocer un desarrollo lítico de carácter laminar en el Paleolítico medio avanzado, que sin duda en Europa sería de los HN. Se comenzaron a rechazar formalmente el aspecto de brutalidad, incompetencia y bestialidad que se le había atribuido desde los primeros hallazgos de sus fósiles. Incluso se vio en la conducta del Neandertal unas formas propias y originarias de las culturas modernas como es la creación de adornos y el desarrollo de la tecnología ósea (Chatelperroniense y Uluzziense), que pudieron aparecer en el inicio del Paleolítico superior con anterioridad de la llegada de los HAM. Así, se publicaron una serie de artículos (p. e. D´Errico et al. 1998; Zilhão y D´Errico, 1999) que indicaban la primacía e independencia del Chatelperroniense y Uluzziense, así como de su atribución al Neandertal, mientras que el Auriñaciense se desarrollaría con posterioridad, tanto en su tecnología como en su simbolismo.

Para ello había que afrontar el problema de las antiguas dataciones de diversos yacimientos correspondientes a un Auriñaciense arcaico, Protoauriñaciense o Auriñaciense 0. Estos autores daban al Chatelperroniense una cronología de 38-33.000 BP, aunque algunas dataciones pudieran indicar una antigüedad aún mayor. Paralelamente, se proponía que el Auriñaciense no apareció en Europa antes del 36.500 BP ¿Cómo se compaginaban estos datos con las altas dataciones de los más antiguos yacimientos atribuidos al Auriñaciense de los HAM? Se realizó una revisión de estos antiguos registros arqueológicos, con el fin de comprobar si existían suficientes motivos para invalidarlos como antecedentes de la cultura moderna en Europa. Los autores de tal crítica observaron que muchas de estas excavaciones se realizaron hace años con métodos no muy actuales, dando lugar a graves alteraciones en la interpretación y exposición estratigráfica, así como la existencia de su alteración por mecanismos postdeposicionales (tafonómicos, estratigráficos y cronológicos). De tales artículos se obtienen las siguientes críticas:

* El Castillo (España). Crítica tecnológica, pues el nivel 18 no es homogéneo y sus dataciones corresponden a una cultura Musteriense o Chatelperroniense. Sin embargo, los excavadores actuales de la cueva (Cabrera et al. 2001) indican que son Auriñaciense, pero realizados por los HN, lo que sin duda complica más el panorama al introducir una tercera teoría sobre la transición paleolítica. Lo denominaron Auriñaciense de transición.
* L´Arbreda (España). Crítica tafonómica, por contaminación de los niveles debido a los osos que alteraron su estratigrafía y la correcta ubicación de sus materiales. Así, las dataciones corresponderían al Musteriense o Chatelperroniense.
* La Viña y Abri Romaní (España), junto con Isturiz (Francia), tienen una cronología del 36.500BP, por lo que no plantean problemas con su modelo.
* Reclau Viver (España). Crítica tecnológica. La fecha del 40.000±1.400 BP del fondo del nivel A (sobre roca madre) corresponde al Chatelperroniense, por la existencia de 2 puntas de chatelperron.
* Trou Magrite (Bélgica). Crítica de contaminación estratigráfica, del nivel 2 (superior) al 3 (inferior). Se encuentran puntas foliáceas y raspadores aparentemente auriñacienses, pero que se asemeja más al Szeletiense de Centroeuropa que al Auriñaciense.
* Geissenklösterle (Alemania). Crítica tafonómica. Indican alteraciones postdeposicionales con descensos de materiales del nivel II al III, sobre todo de los raspadores carenados y de hocico, y de cuentas de marfil. La industria lítica del nivel III se parece más al Bohuniciense que al Auriñaciense.
* Willendorf II (Austria). Crítica tecnológica. Sus conjuntos son pobres sin clara relación con protoauriñaciense y los HAM. Podría ser una evolución local hacia el nivel 2 (con adornos) similar a la del Chatelperroniense.
* Istallöskö (Hungría). Crítica cronológica. Su antigua datación de 44.000BP ha sido rechazada categóricamente, en vista de la verdadera relación cronológica con el Auriñaciense del lugar.
* Grotta Fumane (Italia). Crítica cronológica. Su antigua datación (de un hogar) del 40.000 BP, no se confirma, las demás sobre el 37.000 BP son similares a La Viña, Isturiz y Abri Romaní.
* Bacho Kiro (Bulgaria). Crítica tecnológica. Su nivel 11 (38.500 BP) no es Auriñaciense, pues los conjuntos son pobres sin laminitas Dufour ni raspadores carenados. Algunas láminas con finos retoque pueden estar relacionadas con el Auriñaciense, sería un nivel auriñacoide. La parte superior del nivel 11 sería el límite inferior del Auriñaciense local.
* Temnata (Bulgaria). Crítica tecnológica. Sólo se encuentran raspadores simples sobre láminas espesas, faltando los raspadores carenados o en hocico, hojitas Dufour, buriles. Los conjuntos transicionales antiguos (38-39.000 BP), tanto estos como en el Uluzziense y el Chatelperroniense, están situados debajo del Auriñaciense.
* Üçagizli (Turquía). Crítica tecnológica. Está más próximo al Ahmariense que al Auriñaciense.



Con las dudas establecidas en los yacimientos que se habían atribuido a los primeros asentamientos de los HAM, aquellas que eran más antiguas del 36.000 BP se atribuyeron a los HN, otorgándoles todo el desarrollo cognitivo y simbólico que en ellos se reflejaba. La única explicación de tal hecho es que ambas poblaciones tendrían que tener las mismas capacidades cognitivas, así como una forma de desarrollo de las mismas muy parecidas, si no eran iguales.

La controversia sobre las dos opciones ha continuado hasta la actualidad, aunque los partidarios de la atribución a loa HN han visto incrementar sus posiciones con el descubrimiento de la complejidad tecnológica y simbólica en fechas muy recientes. Destaca en el registro arqueológico para el periodo 50.000-40.000 BP de las prácticas solidarias de HN con sus congéneres, discapacitados y mayores, lo que implica un importante desarrollo social. La organización espacial con zonas de hogares y dormitorio (p. e. Esquilleu, Romaní), caza con cierto nivel de organización, prácticas de enterramiento, parecidas formas de industria lítica que los HAM del mismo periodo. Complejo desarrollo tecnológico, como los objetos de madera y las técnicas de su unión a las puntas líticas (bitumén), uso de fuego como fuente de calor, así como para cocinar y transformar las propiedades de los materiales, capacidad de evolucionar del PM a PS. Posibles adornos de plumas y colorantes con valor simbólico como se ha los yacimientos de Grotta di Fumane (Italia), Cueva de los Aviones, la Cueva Antón y la Sima de Las Palomas (Murcia, España), etc. Todo esto ofrecía un panorama que, visto en conjunto y sin otros matices del periodo y de épocas posteriores, eran muy parecidas  a las que podrían encontrar en los yacimientos atribuidos a los HAM.
Las diferencias corporales y neuroanatómicas que indican diferenciación biológica y posiblemente cognitiva, quedaron hasta cierto punto superadas gracias al estudio del ADN de fósiles de HN. La comprobación de una pequeña hibridación en el Próximo oriente durante el Paleolítico medio, aunque no en la transición europea, sirvió para indicar la pertenencia de las dos poblaciones a un mismo taxón. En este contexto, solo quedaba la solución de que las capacidades cognitivas que permitían la conducta simbólica y moderna ya estaban presentes en el ancestro común del cual derivaban evolutivamente (D´Errico et al. 2011). 

La discusión, a pesar de tratar temas carácter plenamente psicobiológicos (cognición, simbolismo), siempre ha estado dentro de los parámetros doctrinales de la Arqueología tradicional. Así, la nueva antítesis se basaba en la nueva revisión crítica sobre la incorrecta o equivocada atribución temporal y de población de los datos encontrados en los estratos correspondientes a este periodo de transición paleolítica; así como de los datos que indicaban que los HN tenían una conducta compleja y simbólica.

Problemas. Igual que en el caso de la tesis anterior existen una serie de problemas que no parecen ofrecer a los seguidores de esta antítesis suficiente base teórica que impida reafirmarse en sus contenidos.

- La ausencia de fósiles de HAM más antiguos del 35.000 BP. Refuerza la idea de que todo lo anterior a ella es obra de los HN. Sin embargo, hay que notar que estos niveles Auriñacienses anteriores a los HAM tampoco tiene fósiles que avalen la teoría del HN.

- La supuesta evolución local desde un Musteriense presenta muchas dudas en los primeros asentamientos denominados como Auriñacienses, y que forman la principal crítica de los autores de esta antítesis. En la estratigrafía de sus primeros yacimientos vemos que algunos de ellos no hay niveles del Musteriense ni del Chatelperroniense (Reclau Viver, La Viña, Willendorf II, Istallöskö). Otros, están claramente separados por un nivel estéril del estrato inferior Musteriense (Abrí Romaní, El Castillo, Trou Magrite, Geissenklösterle y Temnata). En los restantes el Auriñaciense arcaico se sitúa directamente sobre el Musteriense o Chatelperroniense, pero hay una gran diferenciación cultural (Bacho Kiro) o existe entre ellos un estrato de dudosa interpretación, como mezcla o indiferenciado (L´Arbreda, Morín, Isturitz, Grotta Fumane y Abri Mochi). De estos 15 yacimientos parece desprenderse la idea de que el Auriñaciense arcaico en muchos casos no tiene una relación directa con el Musteriense o Chatelperroniense, pues sólo un 40% del total está en contacto directo con ellos, y aún así la mayoría de estos yacimientos tienen una diferenciación cultural, una dudosa evolución cultural local o parece existir una mezcla de niveles. Parece que estos yacimientos se localizan más en lugares vacíos que repoblar (Stringer y Davies, 2001) que en zonas muy habitadas por los HAM.

- Aún admitiendo la complejidad conductual y simbólica de los HN la elaboración de una evolución cultural y simbólica de los HN que acaparase todos los datos anteriores al 35.000 BP deja la evolución cultural de los HAM con un vacío arqueológico difícil de sostener. Todas las poblaciones humanas (por supuesto los HN y HAM) presentan un continuum en su evolución cultural. Así, existe el peligro de etiquetación cultural por unos fósiles directores o guías (p.e. punta chatelperron en el Chatelperroniense) que no justifican todo el desarrollo cultural y simbólico (adornos) que con el tiempo pudieran alcanzar cualquier población humana. Cada cosa tiene sus necesidades y tiempo de realización, lo que hay que estudiar.

- Se plantea una artificiosa atribución cultural a las poblaciones humanas. Si los HN fueron los creadores del Auriñaciense de transición y de los yacimientos más antiguos del 36.000 BP, ¿cómo puede articularse su existencia ampliamente extendida por Europa, rodeados de yacimientos principalmente musterienses, y menos chatelperronienses y uluzzienses, con una tipología totalmente diferente y similar a otras de los Zagros (Baradostiense) y que parece formar parte del continuum del Auriñaciense que después del 36.000 BP será exclusivo de los HAM? 

- El simbolismo (adornos) tiene unos caracteres muy restringidos geográficamente. Del Chatelperroniense conocemos unos 125 yacimientos en Francia y la Península Ibérica (Demars, 1996; D´Errico et al. 1998), lo que sin duda supone una adecuada muestra poblacional de tal tecnología. No obstante, el carácter moderno de su conducta (reflexividad y flexibilidad manifestados por la tecnología ósea y la creación se adornos) es muy restringido, pues los adornos quedan limitados a seis yacimientos, la mayoría de ellos situados en la periferia del núcleo principal de yacimientos chatelperronienses (centro y SO de Francia). Su distribución geográfica puede relacionarse con la evolución simbólica de los HAM, pues los yacimientos de Châtelperron, Grotte du Renne y Roche-au-Loup se sitúan a 450 Km de los yacimientos Auriñacienses de Alemania (Vogelherd o Geisseklöosterle), precisamente con parecidos adornos (Harald, 2003; Mellars et al., 2007). Por su parte, Cauna de Belvis se sitúa muy cerca del Mediterráneo donde los protoauriñacienses usaban frecuentemente las conchas como adornos (Mellars, 2005). Roc de Combe y Roche de Quinçay, yacimientos con adornos, se encuentran en el núcleo de mayor densidad poblacional de los neandertales.


- Pasa lo mismo con la tecnología ósea que es sencilla y cuidadosamente tallada, aunque presenta una distribución geográfica muy limitada al encontrarse sólo en siete yacimientos franceses (Brassempouy, Châtelperron, Grotte du Renne, Laussel, Roc-de-Combe, Roche-au-Loup y Trou de la Chèvre) (D´Errico et al., 1998).


- Se produce en Europa una transición muy artificiosa, más oscura que antes, con el desplazamiento del problema hacia otras partes (la de los HAM). Es decir, no se ofrece una teoría general sobre la transición europea, es como dice el refrán “desnudar un santo para vestir otro”. Se facilita un continuum cultural a los HN, pero  se difumina o se ignora el correspondiente a los HAM.

- La única explicación posible es la hipótesis formulada por algunos autores de esta antítesis como del “día de Acción de Gracias”. Se basa en la fiesta de los EEUU conmemorativa de la salvación de los colonos ingleses gracias a la ayuda recibida de los indios americanos, que enseñaron a éstos como sobrevivir en aquellas tierras. El símil es parecido, pues indican que posiblemente fueron los HN quienes enseñaron a los HAM a sobrevivir en el cambiante clima del Würm reciente. Los HAM usaron la tecnología del denominado Auriñaciense de transición como pauta de su desarrollo tecnológico, pues es la única explicación (sin duda muy forzada y sin ninguna prueba) de que los HN crearan una tecnología lítica y ósea con unas características determinadas y que su desarrollo lo realizaran los HAM. Es una hipótesis publicada sólo en revistas de divulgación científica (National Geographic, 2003), pero no en las denominadas como científicas de pleno derecho.

- La importante diferenciación corporal y neuroanatómica (endomoldes) existente entre las dos poblaciones, la certeza de que provenían evolutivamente de un ancestro común de unos 500.000 años de antigüedad, indicaban que podrían tener unas capacidades cognitivas diferentes. La similitud cognitiva solo sería posible si en ese ancestro común estuvieran presentes tales cualidades, lo que no se aprecia en absoluto en el estudio de su conducta.


El tema al ser demasiado amplio para una sola entrada, he decidido que la síntesis la desarrollaré en la próxima (Inicio del Paleolítico superior. Síntesis).


* Bruner, E.; Manzi, G. y Arsuaga, J. L. (2003): Encephalization and allometric trajectories in the genus Homo: Evidence from the Neandertal and modern lineages. PNAS, 100 (26): 15335-15340.
* Cabrera, V.; Maillo, J. M.; Lloret, M. y Bernaldo de Quirós, F. (2001): “La transitión vers le Paléolithique supérieur dans la grutte du Castillo (Cantabrie, Espagne): la couche 18”. L´Anthropologie 105: 505-532.
* D'Errico, F.; Zilhao, J.; Julien, M.; Baffier, D. y Pelegrin, J. (1998): “Neanderthal acculturation in western Europe? A critical review of the evidence and its interpretation”. Current Anthropology, 39 (supl.): 1-44.
 * D’Errico, F. y Stringer, Ch. B. (2011): “Evolution, revolution or saltation scenario for the emergence of modern cultures?” Philosophical Transactions B. 366, 1060–1069.
* Demars, P. Y. (1996): “ Démographie et occupation de l’espace au Paléolithique supérieur et au. Mésolithique en France”. Préhistoire européenne 8: 3-26.
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* Mellars, P. A. (1995): The Neanderthal Legacy. An Archaeological Perspective front Western Europe. Princeton University Press, Princeton, New Jersey.
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* Rivera, A. (2003-2004): “La conducta simbólica humana: Nueva orientación metodológica”. Espacio, Tiempo y Forma. Serie I, Prehistoria y Arqueología. UNED. 16-17, pp. 313-335.
* Rivera, A. (2009): “Latransición del Paleolítico medio al superior. El Neandertal·. ArqueoWeb 11.
* Stringer, C. B. y Davies, W. (2001): “Those elusive Neanderthals”. Nature,413.
* Zilhao, J. y D'Errico, F. (1999): “The chronology and taphonomy of the earliest Aurignacian and its implications for the understanding of Neandertal extintion”. Journal of World Prehistory

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