lunes, 9 de julio de 2012

Inicio del Paleolítico superior. Síntesis

La exposición de las dos teorías generales sobre el inicio del Paleolítico superior realizado en la anterior entrada (Tesis y antítesis) nos indica claramente que el problema dista mucho de estar, no solo solucionado, sino adecuadamente encauzado. Sin embargo, tal opinión no es compartida por los defensores de las dos teorías, los cuales siguen exacerbando el valor de sus postulados y obviando los problemas que generan.

La constante controversia lo único que ha conseguido hasta ahora es una radicalización de las posturas, perdiendo toda la flexibilidad teórica que siempre debe acompañar en estas tesis basadas en fundamentos tan poco constatados. Por otro lado, es posible que los medios arqueológicos utilizados se muestren impotentes para poder llegar a una solución mínimamente consensuada, dificultando enormemente los nuevos intentos teóricos y metodológicos que pudieran ayudar a salir de esta inercia contextual. La razón de la persistencia de tal inercia teórica es la propia radicalización del proceso, que rechaza cualquier propuesta que no justifique sus posturas. Por todo habría que preguntarnos si realmente se quiere o se necesita una síntesis del problema. 

El desarrollo de una nueva síntesis no puede limitarse a un mero intento de quedar bien con las dos posturas, ni un termino medio equilibrado y equidistante de la tesis y antítesis. Su fin principal sería el poder adquirir un conocimiento, lo más objetivo posible, de los procesos cognitivos y culturales que tuvieron las poblaciones humanas de este complejo periodo. El resultado dependería de la interpretación de los datos arqueológicos que poseemos por medio de una metodología adecuada al problema con que nos enfrentamos. Ante la falta de datos arqueológicos que poder usar, es necesario utilizar todas las herramientas científicas que estén a nuestro alcance, así como de usarlas por medio de un concepto interdisciplinario que, en su unión y mutua dependencia teórica, refuerce los diversos postulados científicos que cada una de las ciencias utilizadas posee. Por tanto, se trata de conseguir, con los datos arqueológicos existentes y con su interpretación por medio de una metodología interdisciplinaria, un modelo de desarrollo cognitivo y cultural que satisfaga todos los problemas que la tesis y antítesis crearon. Este es el camino que voy a seguir.

1 - Reformulación crítica de los datos arqueológicos.

Es necesario volver a valorar los datos arqueológicos lo más objetivamente posible, valorando especialmente los aspectos temporales y espaciales de los cambios conductuales de las poblaciones humanas que realizaron la transición paleolítica. Existen problemas arqueológicos estudiados pero no resueltos:

- Respecto de los perjuicios valorativos sobre los HN en general se ha avanzado mucho, pues creo que actualmente pocos pueden defender la grotesca y bárbara imagen que se construyó en el siglo pasado sobre el Neandertal. Queda el problema de la igualdad, similitud o importante diferenciación de las facultades cognitivas que pueda existir entre los HAM y los HN. Como la única manera de poder analizar este problema es a través de los datos arqueológicos, tenemos que limitarnos a su estudio, sólo que utilizando las formas de un método adecuado.

- En los problemas de datación y calibración del C-14 también se han conseguido logros importantes, pero el límite de la técnica se sitúa precisamente en el inicio de este periodo transicional, lo que dificulta la obtención de datos más precisos. Otros medios de datación con isótopos (series de U/Th) se siguen utilizando y mejorando. Es el caso de las recientesdataciones de algunas pinturas del Cantábrico (Altamira, El castillo, etc.).

- Existe un problema, más paleontológico que arqueológico, que sólo puede solucionarse con el logro de nuevos datos en los yacimientos conocidos o en otros por descubrir. Me refiero a la falta de una correlación entre los fósiles humanos (HAM y HN) con el Auriñaciense arcaico. Existen ciertos restos óseos, principalmente dientes, en algunos restos yacimientos, pero que no tienen la suficiente claridad como para atribuir a una determinada población con seguridad. Pondré como ejemplo el yacimiento de Bacho-Kiro. En este yacimiento tenemos el nivel 11 subdividido en cuatro subniveles (I, II, II y IV). Se conocen varias dataciones, una por el método C-14 tradicional de 43.000 BP, y otras por C 14 AMS con fechas de 38.500 BP (n. 11-IV) y entre 37.600-34.800 BP (n. 11-II). El subnivel más profundo (IV) se ha encontrado un fragmento del cuerpo mandibular izquierdo con un molar de leche. Está asociado a al industria del lugar y parece ser de un HAM, pero al existir otros restos en el nivel 6 (otro fragmento mandibular, un fragmento de parietal y cuatro dientes aislados) puede discutirse la correcta ubicación, o que pertenecen al Neandertal. No se ha podido llegar a un consenso sobre su atribución a un concreto grupo humano.

- ¿Dónde se originó el Auriñaciense? Esta cuestión ha marcado el problema desde el principio, pues por un lado las ideas difusionistas estaban muy arraigadas cuando se elaboró la tesis de Out of Africa. Las culturas se originaban y desarrollaban en un área determinada, y desde allí se expandían. El problema es que no se ha encontrado ningún lugar que cumpla estas características. Se creía que el Auriñaciense llegó a Europa con un importante desarrollo tecnológico y simbólico, avanzando por la costa mediterránea y el corredor del Danubio, dejando como muestra los antiguos yacimientos atribuidos al Auriñaciense más antiguo, inicial o arcaico. Existen multitud de teorías sobre tal origen, pero todas tienen un enfoque muy local o regional con escasa visión generalizada de la Europa del momento. Tenemos diversos lugares a los que se les atribuye la posibilidad de asentar tal fenómeno cultural:

+ En el Próximo Oriente, donde clásicamente se encontraron las llamadas tecnologías de transición en Boker Tachtit y Ksar Akil, junto a los restos de los HAM de Skhul y Qafzeh, que por su situación representan un posible testimonio de la expansión de los mismos desde África hacia Europa (Bar-Yosef, 1996; Stringer y Gamble, 1993).
+ En Anatolia, lugar poco explorado pero con un posible e importante peso específico al ser un gran territorio con grandes posibilidades y estar, igualmente que el anterior, en una zona intermedia que sirve como puente natural entre Europa y África, por lo que debió de ser al menos lugar de tránsito de los HAM (Otte, 1998).
+ Los Balcanes y sudeste de Europa, lugar donde se han encontrado los primeros indicios del Auriñaciense con fechas más antiguas en la cueva de Bacho Kiro (Kozlowski, 1988).
+ Al este de Europa en zonas esteparias de Asia central, desde donde pudo extenderse al continente europeo (Otte, 1996).
+ En centroeuropa (Allsworth-Jones, 1986, 1990; Otte, 1990).
+ Italia (Broglio, 1993; Gioia, 1990; Mussi, 1990).
+ Oeste europeo (Rigaud, 1993).
+ Norte de España (Bischoff et al. 1989).

Ninguno de estos lugares, en función de sus datos cronológicos y arqueológicos, puede explicar satisfactoriamente la rápida expansión que parece ser tuvo lugar a en Europa, ni las particularidades técnicas que hacen pensar en una atribución cultural de origen local. Según las indicaciones de la antítesis, los yacimientos anteriores al 36.000 BP se pueden atribuir al HN, lo que genera un gran problema. También indican que en esa fecha los HAM aparecieron en Europa con un Auriñaciense ya muy elaborado, desconociendo totalmente el lugar y la forma de su origen y desarrollo. Se facilita un continuum cultural a los HN, pero se difumina o se ignora el correspondiente a los HAM.

- Presencia de cierta relación tipológica de la primera industria Auriñaciense con el Musteriense. Si el Auriñaciense vino ya formado de donde sea, toda relación tipológica y tecnológica con el Musteriense dificultaría esta teoría, apoyando más la de una evolución local o regional. Se pasa por alto, en el intento de un difusionismo a ultranza, que todas las culturas del inicio del Paleolítico superior (Uluzziense, Chatelperroniense, Auriñaciense, etc.) son productos culturales que han partido de un Musteriense, ya sea en Europa o en el oeste de Asia. En los primeros momentos del continuum cultural de cada cultura es obligatorio que se mantengan ciertas formas relacionadas con el Musteriense, como así se ve en todos los yacimientos de este periodo.

- Difícil articulación arqueológica sobre la autoría de los HN de los yacimientos con tecnología del Auriñaciense de transición o arcaico. El comienzo de una tecnología laminar y ósea repartida por toda Europa, sin antecedentes tecnológicos previos (salvo en el oeste de Asia: Baradostiense), que está rodeada de un Musteriense o industrias derivadas de él (Chatelperroniense, Uluzziense) que tienen unas expansiones geográficas muy limitadas, y que por causas no conocidas se continúan con el Auriñaciense de los HAM, es una teoría muy forzada desde el punto de vista arqueológico. Tal formulación teórica supone una irregularidad única dentro de un contexto de desarrollo cultural de los HN. Los neandertales tienen un modelo en Europa de evolución cultural de gran homogeneidad, caracterizado por un desarrollo muy local, aspecto de mosaico cultural, y siempre a partir del Musteriense local, lo que contradice las características de los asentamientos auriñacienses arcaicos (sobre niveles estériles, sin Musteriense más antiguo, etc.).

- Gran limitación (temporal y geográfica) de los adornos y tecnología ósea del Chatelperroniense y Uluzziense. Sólo algunos HM (clara minoría) desarrollaron conductas simbólicas relacionadas con los adornos. El problema aparece cuando se generaliza una excepción conductual de una minoría de neandertales.

- La amplia crítica de los antiguos yacimientos correspondientes a los HAM plantea ciertas dudas sobre la objetividad de su realización, pues tal revisión está realizada sobre los antiguos registros documentales, y no sobre nuevas excavaciones o estudios en el yacimiento. Son pues nuevas interpretaciones basadas en el criterio de sus realizadores. No cabe duda de que pueden tener cierta razón en sus afirmaciones, pero la crítica es demasiado generalizada y muchas veces basada en opiniones, posiblemente ciertas, pero no demostradas, lo que suscita opiniones contrarias entre los excavadores actuales de tales yacimientos, o entre los autores opuestos a esta teoría.

- Mientras se critica a todos los yacimientos que se oponen al inicio independiente del Chatelperroniense (en su más amplia concepción: tecnológica y simbólica), se omiten las mismas críticas en los yacimientos correspondientes al Chatelperroniense. Pues no hay que olvidar que también son muy antiguas (sino son más antiguas aún), por lo que la metodología empleada en la realización de sus respectivos registros arqueológicos (base del estudio) no es muy adecuada según los criterios actuales. En todos los yacimientos hay que valorar los mismos problemas estratigráficos de contaminación de materiales, de datación y tafonómicos. Así, diversos autores (Mellars, 1999; Rigaud, 1996) indican muchos de los yacimientos del Chatelperroniense se sitúan encima de estratos correspondientes al Musteriense, siendo frecuentemente contaminados los niveles superiores (Chatelperroniense) por materiales provenientes de estratos inferiores (Musterienses).

2 – Criticas desde la Arqueología cognitiva.

El problema tiene unos componentes psicobiológicos muy importantes (capacidades cognitivas, simbolismo, lenguaje, relaciones sociales, etc.), los cuales se escapan en su estudio de los medios tradicionales de la Arqueología. Habría que valorar la inclusión en el debate de nuevos métodos de interpretación de la conducta humana directamente relacionados con sus formas de origen y desarrollo. Me refiero a la Arqueología cognitiva (orientación psicobiológica) que utiliza de forma interdisciplinaria las ciencias que están directamente relacionadas con el estudio de la conducta humana (Psicología, Neurología, Biología evolutiva, Ciencias sociales, Lingüística, etc.). Bajo esta perspectiva tenemos diversas críticas.

- La consideración de que las dos poblaciones tuvieron unas capacidades cognitivas muy parecidas, incluso casi iguales, no está estudiado desde un punto de vista evolutivo y psicobiológico. Se olvida un axioma evolutivo: Nunca evoluciones independientes han producido los mismos resultados evolutivos. Lo que podría aplicarse a los HN y HAM. Igualmente, se conocen diferencias corporales y neuroanatómicas (Bruner, 2003) que pueden indicar diferenciación cognitiva.

- Hay que establecer el continuun cultural y cognitivo de las dos poblaciones, pues, aunque éste sea heterogéneo en el tiempo y espacio geográfico, debe existir cierto lazo de unión en los diferentes niveles de la evolución cultural y conductual de cada población. Sobre todo cuando hablamos de épocas en las que periodos de tiempo relativamente cortos se producen numerosos cambios, como es el caso de la transición europea.

- Se hace necesario considerar al Chatelperroniense (como a todas las culturas humanas) como procesos culturales que necesitan de ciertas características medioambientales, como son los cambios demográficos y logísticos que produzcan una motivación cognitiva para su realización. Así, puede existir un inicio de un independiente Chatelperroniense tecnológico, pero no otras formas de matiz simbólico hasta periodos más recientes y con motivaciones diferentes. Se hace imprescindible el profundizar en los aspectos simbólicos del Chatelperroniense.

- La desaparición de los HN en un dato arqueológico y paleoantropológico de primera magnitud, pues su significado aporta importantes evidencias sobre lo acontecido en este periodo. Sin embargo, con el amparo de que no se conocen las causas que lo motivaron, los seguidores de la antítesis simplemente lo olvidan y lo apartan del estudio del inicio del Paleolítico superior. Si las capacidades cognitivas de las dos poblaciones hubieran sido exactamente las mismas, las únicas causas (ajenas a cualquier tipo de diferenciación cognitiva racional o emocional) que podrían justificar esta desaparición serían la guerra y genocidio (sin ningún dato arqueológico en los milenios que convivieron), y la transmisión de alguna enfermedad que el sistema inmunitario de los HN no pudo superar, lo que es difícil de creer, pues un proceso de esa naturaleza hubiera acabado con todos los HN mucho antes y no tras varios milenios de cercana convivencia. Una tercera causa sería la hibridación completa de las dos poblaciones, pero los estudios de ADN de los HN sólo indican (hasta el día de hoy) un pequeño cruce en el PO durante el Musteriense.

Si dos poblaciones conviven en el mismo medio ambiente y una desaparece, sólo podemos afirmar que la capacidad global de adaptación y de supervivencia de la que desapareció era inferior a la que tenía la que sobrevivió. Esta norma siempre se ha aplicado a todos los seres vivos como la selección natural de la teoría evolutiva. En este contexto, más que olvidarnos del asunto, hay que indagar en qué eran diferentes las dos poblaciones. Siempre se ha hablado de capacidades cognitivas en referencia a la inteligencia, como si el que desapareció fuera simplemente tonto. Tal aseveración es más pueril que científica, pues las capacidades cognitivas, tanto racionales como emocionales, tienen infinidad de estados intermedios, y lo que se discute no es la ausencia de una u otra capacidad, sino la manifestación global de todas ellas en los intentos de sobrevivir en las condiciones ambientales del periodo transicional. Lo cierto es que con anterioridad y con condiciones climáticas parecidas los HN los pudieron superar, pero algo les impidió volver a realizar esta superación cuando los HAM estaban presentes en el mismo medio, y aún así se tardó varios milenios en llegar a su desaparición total. Más que ignorar el problema hay que estudiarlo con criterios más objetivos que los usados hasta ahora.

- El desarrollo cognitivo que favorece las conductas simbólicas siempre se encuentra en lugares con una importante relación social y un desarrollo tecnológico (laminar y óseo con tecnología del PS) consecuencia del aumento de la reflexividad y flexibilidad conductual alcanzada por las características medioambientales desarrolladas.

3 – Elaboración de la síntesis. Modelo de desarrollo cognitivo y cultural.

Hay que intentar establecer un modelo general sobre tal cambio, que pueda solucionar los problemas que las dos teorías (tesis y antítesis) produjeron:

I - Superar definitivamente los perjuicios valorativos de los HN, estudiando las posibles diferencias cognitivas (racionales y/o emocionales) que puedan existir entre las dos poblaciones. Se realizarán analizando sus conductas conocidas con los criterios de representación estadística de los avances culturales y simbólicos en Europa, uso exclusivo de los datos arqueológicos conocidos y análisis por medio de métodos interdisciplinarios adecuados (Arqueología cognitiva). Como es fácil de comprender el desarrollo de este problema escapa en magnitud y complejidad a los medios de un blog. No obstante, remito a los interesados a un trabajo publicado en la Revista Portuguesa de Arqueología (2008) y que puede ver por Internet. Sin embargo, para una somera comprensión del problema indicaré en los siguientes apartados los aspectos más relevantes del mismo.

II - Estudio comparativo del simbolismo de los HN y HAM de la transición paleolítica. Ya se vio como los elementos simbólicos de los HN estaban muy restringidos geográficamente, pues los adornos sólo aparecen en seis yacimientos franceses: Cauna de Belvis, Grotte du Renne Châtelperron, Roc de Combe, Roche-au-Loup y Roche de Quinçay (D´Errico et al. 1998). Hay que valorar un uso intensivo del ocre que suele cubrir de color todo el hábitat donde se encuentra, mientras que en el Musteriense se encuentra de una forma mucho más aislada (Baffier, 1999). En muchos de sus yacimientos no se encuentran algunas de sus producciones líticas, o lo están en muy escasa proporción, dando aspecto de cierta pobreza tecnológica (Gamble, 2001). Este fenómeno donde más se aprecia es en la Península Ibérica, pues en la mayoría de sus yacimientos falta una tecnología laminar y ósea, lo que permite intuir la existencia de un Musteriense con puntas de Chatelperron más que de un pleno Chatelperroniense (Maroto et al. 2005). Pudiera ser que no hay que considerar al área arqueológica del Chatelperroniense como una verdadera extensión territorial de hábitat, sino sólo como una extensión de su potencial de abastecimiento (Gamble, 2001), o de influencia de los chatelperronienses a otros musterienses con menor desarrollo cognitivo y cercanos geográficamente. Incluso de influencia o relación con los HAM del inicio del Auriñaciense arcaico, lo que parece intuirse en la Península Ibérica con la presencia de puntas de chatelperron en yacimientos considerados como Auriñacienses (L´Arbreda, Reclau Viver y El Castillo). El Uluzziense se conceptúa como una conducta moderna, aunque de forma más limitada. Se conoce el uso de la tecnología laminar con microlitos, y una incipiente utilización del hueso como materia prima. Se han encontrado conchas perforadas y colorantes amarillo (limonita) y rojo (ocre) en la cueva de Cavallo (D´Errico et al. 1998).

La escasa representación de adornos y de tecnología ósea no puede ser una característica cultural de todos los chatelperronienses y, por extensión, de los neandertales en general, pues su representatividad estadística en el total de su población en este periodo es muy limitada. Su existencia es más una rareza que una generalidad, y como tal debe ser entendida y estudiada, al menos hasta que nuevos descubrimientos indiquen otra cosa. Sin embargo, algunos neandertales si fueron capaces de elaborar, con tecnología propia, tales adornos y útiles óseos. Ambos procesos, la creación de estos objetos por parte de algunos neandertales y su ausencia en la mayoría de los yacimientos chatelperronienses y en todos los demás atribuidos al Neandertal, deben ser explicados. Estas escasas manifestaciones de simbolismo moderno indican que el Chatelperroniense y Uluzziense son unas culturas del Paleolítico Superior en el sentido cronológico y tecnológico (con su industria lítica). Sólo en algunos núcleos se presentaron las características simbólicas del Paleolítico Superior, posiblemente debido a la proximidad de poblaciones modernas, dándose en ambos sentidos las condiciones necesarias para tal desarrollo (Rivera, 2008).


III - Establecer el origen (formas y causas) del Auriñaciense. Tradicionalmente, a todas las culturas europeas transicionales que no estuvieran relacionadas con el Auriñaciense se les ha atribuido a los neandertales. La ausencia de fósiles asociados a las mismas dificulta la elaboración de teorías opuestas. Además, el concepto de que los HAM entraron en Europa portando un Auriñaciense más o menos elaborado, impide asociar a esta población otro tipo de culturas. El concepto de la llegada a nuestro continente de poblaciones modernas portadoras de una tecnología laminar, pero sin la elaboración simbólica o tipológica propia del Auriñaciense, abre el debate sobre la posibilidad de que algunas culturas del este de Europa pudieran ser originadas por los HAM. Es el caso de aquellas que tienen gran semejanza tecnológica con las industrias del Próximo Oriente (levallois laminar), y tienen un carácter intrusivo respecto de las demás culturas de la zona como el Bohuniciense (Marks, 1983; Svoboda, 1986, 2002; Svoboda et al. 1996; Kuhn et al. 1999; Bar-Yosef, 2006; Mellars, 2006) o tengan elementos suficientes (Bachokiriense) como para compararlas con el llamado Auriñaciense de losZagros o Baradostiense, (Kozlowski y Otte, 2000; Harrold y Otte, 2001; Olszewski y Dibble, 2006). Estas poblaciones, por motivos desconocidos (posiblemente de carácter demográfico, climático y de supervivencia), emigraron al este de Europa, donde llegaron con una tecnología que podemos definir como Paleolítico Superior Inicial (IUP), con un sentido más tecnológico que simbólico. El problema es la falta de conexión geográfica, y la correlación paleoantropológica.

IV - Realizar el continuum cultural de los HN y HAM. Con la llegada de los HAM se produciría una interacción poblacional con los HN, provocando nuevos problemas sociales, logísticos y demográficos. Estos, acrecentados por las características climáticas del momento, forzaron la creación de nuevas conductas más complejas y adaptativas (reflexividad y flexibilidad conductual). Ambos grupos pudieron desarrollar diversos tipos de conductas simbólicas de forma simultánea (Auriñaciense arcaico, Chatelperroniense y Uluzziense), aunque con características y grado de desarrollo diferentes. Serían el reflejo conductual de su respectivo desarrollo cognitivo, facilitado y limitado a sus propias capacidades psicobiológicas. Así pues, lo más llamativo fue la existencia simultánea de conductas con diferente grado de desarrollo cognitivo: sin simbolismo (Musteriense tardío, Musteriense con puntas de Chatelperron sin tecnología laminar) y con simbolismo (Chatelperroniense clásico, Auriñaciense arcaico con puntas de Chatelperron y abundantes elementos de sustrato, Auriñaciense arcaico sin elementos musterienses, Fumariense, etc.). Hay que destacar que los dos modelos de desarrollo cognitivo y conductual tuvieron lugar prácticamente en un mismo periodo de tiempo, (Maroto et al. .2005), posiblemente de carácter independiente el tecnológico y más relacionado con las poblaciones el simbólico (Rivera, 2008). Esta compleja producción, junto con el estancamiento cultural de otros grupos de neandertales, es causa del típico aspecto de mosaico (Straus, 2005).

Sobre cual pudo ser la primera cultura en iniciar el camino de la modernidad, la controversia parece que va continuar, por lo menos hasta que no se consigan cronologías más exactas y una correlación antropológica bien establecida. No obstante, si hay que indicar la prioridad de alguna, es necesario realizar un detallado análisis de las características de todo el proceso de desarrollo cultural. Primero, los antecedentes culturales de los HAM en África (McBrearty y Brooks, 2000; D´Errico, 2003; Mellars, 2005), donde aparecen algunas de las características de la conducta moderna con anterioridad al Paleolítico superior europeo y, desde luego, con mayor complejidad que en los antecedentes de los neandertales en el Paleolítico medio. Además, el registro arqueológico europeo es mucho más intensivo y extensivo que el africano, lo que confirma con mayor exactitud esta diferencia conductual. Segundo, el inicio y desarrollo cultural de los HAM ofrece una generalizada reflexividad y flexibilidad conductual. Mientras que los neandertales ofrecen una mayor diversidad cultural pero con diferente nivel simbólico, dando la impresión de cierta fragmentación social y cultural, así como una importante desigualdad de su desarrollo cognitivo. Tercero, su propia evolución temporal con la desaparición del neandertal y de todas las culturas que se le atribuyen, indica una menor capacidad de adaptación a la nueva situación demográfica, social y ambiental de este periodo, siendo aprovechado por los HAM para su supervivencia y expansión.

V - Elaborar un modelo sobre la desaparición de los HN. Conocemos la existencia de una diferencia anatómica, neurológica y cognitiva entre las dos poblaciones, que otorgan a los neandertales unas menores capacidades cognitivas (funciones ejecutivas social y simbólica, creatividad y motivacional). Teniendo en cuenta la interconexión funcional de todas las capacidades cognitivas, el resultado sería, en comparación con los humanos modernos, una manifestación cultural marcada por la disminución de su flexibilidad conductual, lo que supone una menor capacidad de adaptabilidad (creación de nuevas técnicas, mejores relaciones sociales, migración a otros lugares mejores conocidos, etc.), junto con una menor rapidez en la respuesta a los cambios climáticos, sociales y demográficos del inicio del Paleolítico superior. Durante este periodo el clima ofrece unos cambios importantes y peculiares, tanto por la oscilación en el cambio de temperatura como por la rapidez en su ritmo de alternancia, como puede verse en los registros de los núcleos de hielo de Groenlandia (GISP2, GRIP). Hemos visto que los aspectos sociales de los grupos de neandertales presentaban una menor complejidad y estructuración, así como cierto aislamiento cultural y geográfico. La consecuente fragmentación social, con grupos más pequeños y aislados social y geográficamente, produce una menor viabilidad demográfica, al disminuir su capacidad de reproducción por el aislamiento y aumento de las dificultades de supervivencia (Mellars, 1998). Al elevar la mortalidad infantil y disminuir su longevidad, en unos milenios se limitaría su permanencia demográfica. El aumento de la tasa de mortalidad infantil de tan sólo un 2%, justificaría su extinción en unos 1000 años (Zubrow, 1989).

Se produce un gradual y continuo aumento de la población de los humanos anatómicamente modernos, con el consiguiente aumento de competición entre las dos poblaciones sobre la ocupación y explotación de las zonas con intereses económicos (Stringer y Gamble, 1996). La causa de la mayor capacidad competitiva de los humanos modernos, se basa en la creación de una tecnología más compleja, así como de la posesión de modelos más estructurados de organización social y de comunicación, confiriendo a sus poseedores una eficacia adaptativa mucho mayor. Esto produce una inevitable situación de competición con los neandertales, cuyo resultado pudo ser una gradual contracción de sus poblaciones a zonas más limitadas en todo el continente (Gamble, 2001; Mellars, 1998). En definitiva, la presión ambiental, tanto climática como la que representaba la presencia de un nuevo y diferente grupo humano (competencia logística y geográfica), junto con sus propias características cognitivas (menor reflexividad y flexibilidad conductual con la consecuente limitación social, cultural y demográfica), serían los motivos que, tras el largo periodo de convivencia, les llevaría a su desaparición en Europa.

VI – Conclusiones. Todas las consideraciones que he realizado a lo largo de este spot y del anterior constituyen una síntesis sobre los procesos acaecidos en el inicio del Paleolítico superior en Europa por las poblaciones que en ella habitaban (HA y HAM). Sin embargo, quiero dejar claro que tales ideas deben manejarse con el cuidado y precaución que este tipo de estudios requieren. El conjunto de sus contenidos constituyen una nueva tesis, y las contradicciones o problemas que vayan apareciendo configurarán otra antítesis, que con el tiempo se remodelará con otra síntesis. Y es, dentro de este proceso dinámico a lo largo del tiempo, como debe de ser entendida, aceptada y, si es necesario, modificada. Aunque las modificaciones corren a cargo de todos los interesados en estos temas, y no sólo de los que tradicionalmente escriben sobre ellos, pues muchas veces en la defensa de sus creencias se peca de una subjetividad inconsciente pero real.


La bibliografía se encuentra en los artículos míos con referencia en Internet. Sólo indico los más trascendentes para la comprensión del texto.
* Bruner, E.; Manzi, G. y Arsuaga, J. L. (2003): Encephalization and allometric trajectories in the genus Homo: Evidence from the Neandertal and modern lineages. PNAS. 100 (26): 15335-15340.
* Cabrera, V.; Maillo, J. M.; Lloret, M. y Bernaldo de Quirós, F. (2001): “La transitión vers le Paléolithique supérieur dans la grutte du Castillo (Cantabrie, Espagne): la couche 18”. L´Anthropologie 105: 505-532.
* D'Errico, F.; Zilhao, J.; Julien, M.; Baffier, D. y Pelegrin, J. (1998): “Neanderthal acculturation in western Europe? A critical review of the evidence and its interpretation”. Current Anthropology, 39 (supl.): 1-44.
* Lévêque, F. (1993): Les données du gisement de Saint Césaire et la transition Paléolithique moyen/supérieur en Poitou-Charentes. En Cabrera (Edit): El origen del hombre moderno en el suroeste de Europa. UNED. Madrid.
* Maroto, J.; Vaquero, M.; Arrizabalaga, A.; Baena, J.; Carrión, E.; Jordá, J. F.; Martinón, M.; Menéndez, M.; Montes, R. y Rosell, J. (2005): Problemática cronológica del final del Paleolítico Medio en el Norte Peninsular. Neandertales cantábricos. Estado de la Cuestión. El Paleolítico Medio cantábrico: hacia una revisión actualizada de su problemática Museo de Altamira. Monografías, 20: 101-114. Santander.
* Mellars, P. A. (1999): “The Neanderthal problem continued”. Current Anthropology 40 (3): 341-50.
* Rigaud, J-P. (1996): «L’émergence du Paléolitique supérieur en Europe occidentale. Le rôle du Castelperronien ». En O. Bar-Yoseph, L. Cavalli-Sforza, R. March y M. Piperno (Eds.), The Lower and Middle Palaeolithic. Forli, ABACO, p 219-223.
* Straus, L. G. (2005) - A mosaic of change: the Middle–Upper Palaeolithic transition as viewed from New Mexico and Iberia. Quaternary International. Oxford. 137: 1, p. 47-67.
* Stringer, C. y Gamble, C. (1993): En busca de los Neandertales. Ed. Crítica. Barcelona.
* Zilhao, J. y D'Errico, F. (1999): “The chronology and taphonomy of the earliest Aurignacian and its implications for the understanding of Neandertal extintion”. Journal of World Prehistory.

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