Una de las vías de interpretación usadas en la Arqueología ha sido
el Estructuralismo. Su fundamento teórico se centra en el intento de elaborar valoraciones
generales que poder aplicar a los datos particulares de cada yacimiento. Intenta realizar una interpretación
objetiva, pues el sujeto que se analiza (seres humanos de la prehistoria o
actuales) no es importante, dado que ambos están determinados por esas características
comunes que encauzan las acciones de la sociedad, y el que lo estudia
(antropólogo, arqueólogo, etc.) tampoco, pues sólo intenta descubrir los
códigos comunes que le lleven a entender la percepción de la realidad del grupo
observado (Hernando, 1999).
Da a entender la necesidad de crear
un modelo
teórico común a todos los seres humanos, pero independiente de los
aspectos particulares de la cultura de cada momento. Esto puede realizarse por
medio de un estudio limitado a aquellos factores comunes o estructurales propios
de nuestra especie, que pueden aplicarse a los seres humanos actuales y a los
que desarrollaron las culturas del Paleolítico. Las características
relacionadas con la Biología Evolutiva, Neurología, Psicología, Antropología
social y Lingüística, organizadas dentro de la interdisciplinariedad,
ofrecen un panorama fácilmente identificable con un estructuralismofuncional, es decir, con la base funcional sobre la que se
va a desarrollar nuestro pensamiento y conducta, siendo común en todos los
seres humanos. No obstante, la forma en que esta percepción y procesamiento de
la realidad va a dar lugar a la construcción socioeconómica y cultural, puede
ser distinta en los diferentes grupos humanos que conocemos.
Hay que comprender que las
formas anatómicas y fisiológicas de percepción de la naturaleza (los cinco
sentidos gusto, tacto, olfato, audición y visión), y su procesamiento en el cerebro
humano, son iguales para todos los de la misma especie. Pero cada grupo social,
de cualquier especie humana en un tiempo y espacio determinado, puede ir
creando una estructura social y personal diferente. La estructura básica
(cerebro y sentidos) es común, pero la forma en que se perciben los estímulos y
su procesamiento varía constantemente, naturalmente dentro de los límites que
la neurofiología permita. Lo que en un principio es común, en su
desarrollo se iría diversificando. En este sentido se ha desarrollado
la Arqueología cognitiva basada en un Estructuralismo
funcional de la características psicobiológicas del cerebro humano.
De la
teoría a la práctica
La Arqueología cognitiva siempre ha tratado
de comprender la conducta humana, y para ello ha utilizado aquello que sus
diversos autores consideraban adecuado. Los resultados son prometedores, pero
en general son tratados como algo diferente del cotidiano quehacer del trabajo
arqueológico, pues tratan de problemas generales que se escapan de los concretos
que los yacimientos plantean. Se realizan conclusiones muy amplias sobre la
evolución cognitiva humana, se aplican teorías de diversas ciencias, pero casi nunca
se utiliza las normas de la interdisciplina, dando una impresión
de cierta precariedad en el desarrollo teórico y más aún en su aplicación a los
datos del registro arqueológico. El tema ya tratado en este blog puede leerse
en la entrada de Teorías y métodos de la Arqueología cognitiva.
Para que la Arqueología cognitiva sea
práctica hay que superar la fase teórica y ofrecer a los arqueólogos unas
claras premisas, derivadas del Estructuralismo funcional, que
sirvan para analizar la conducta humana en todas las épocas. Este el propósito
de esta entrada, mostrar las premisas sobre las que he analizado la conducta
humana en el Paleolítico. Partimos de una condición básica en la
conducta humana, siendo que ésta siempre tiene cierto carácter simbólico,
ya sea en el lenguaje que la hace posible, el manejo cognitivo de los conceptos
utilizados en ella, o el propio tema y fin de dicha conducta. Podemos
considerar tres grandes apartados.
Sobre
las conclusiones evolutivas de nuestra género
- La evolución biológica nos va dotando de
unas capacidades funcionales innatas (capacidades cognitivas elementales o básicas) de origen evolutivo como son la
memoria, funciones ejecutivas (memoria de trabajo, planificación, flexibilidad,
monitorización e inhibición) atención, motivación, creatividad, razonamiento,
percepción, etc. Su repercusión en
la conducta no sólo depende de su potencialidad efectiva, sino del desarrollo
de las mismas (desarrollo cognitivo) (Vygotsky 1979; Baquero 2004). Es decir, tomando como
ejemplo la informática y salvando las numerosas diferencias, tenemos las capacidades
(el hardware) pero hay que desarrollarlas
(crear y aplicar el software
adecuado).
- Cuando la evolución neurológica sea
adecuada y las características ambientales adquieran el nivel suficiente puede
producirse la manifestación de nuevas capacidades de naturaleza sociocultural,
las cuales sólo existían como potencialidad. Son las capacidades cognitivas emergentes o superiores (p. e. la conducta simbólica,
la autoconciencia, lenguaje,
escritura, etc.) (Baquero 2004; Vygotsky
1979). Para un desarrollo
cognitivo emergente es necesario alcanzar unos determinados niveles de
desarrollo demográfico, socioeconómico y tecnológico (Tomasello 2007; Ardila y
Ostrosky-Solís 2008; Malafouris 2008; Renfrew 2008).
- Cualquier acción
individual o social incluye un componente emocional (Ardila y
Ostrosky-Solís, 2008). Por tanto las capacidades cognitivas tienen un carácter
racional y emocional, estando íntimamente interrelacionadas.
- La existencia de un lenguaje (primera
conducta simbólica) es condición necesaria, aunque no suficiente, para la
formación, desarrollo y transmisión de todas las conductas simbólicas.
Entendemos por lenguaje humano cualquier intento de transmisión social de
aquellos procesos que hayamos podido simbolizar por cualquier medio (sonoro,
gesticular, visual, etc.), con la intención de realizar acciones comunes. Así,
el pensamiento,
la conducta y el lenguaje son tres vertientes del
mismo proceso psicobiológico que va a caracterizar a los seres humanos.
De la información del registro arqueológico
(conducta) podemos realizar inferencias sobre las características del
pensamiento y lenguaje. Las conductas básicas, con las que podemos
comprobar arqueológicamente los niveles de evolución del pensamiento y
lenguaje, son la individualidad social y personal, así como su relación con los
conceptos temporales y espaciales.
En definitiva, heredamos evolutivamente las capacidades
cognitivas que posibilitan nuestra conducta, pero lo hacemos no como realidades
plenamente funcionantes desde el nacimiento, sino que hay que
entenderlas como potencialidades que hay que desarrollar por medio de un medio
ambiente adecuado, el cual ha tenido que ser creado por las
sociedades humanas a lo largo de muchas generaciones.
Sobre aspectos
concretos del desarrollo conductual
- Los conceptos que van a configurar la conducta
humana en todos sus niveles deben adquirirse de la observación del medio ambiente
en el que viven, tanto de la propia naturaleza, de las características
sociales de los grupos humanos y de todo el acervo cultural que se
pueda transmitir de generación en generación. En este aspecto destaca sobre
todo el lenguaje, al que hay que añadir cualquier otro soporte de
información (manifestaciones gráficas, ritos, mitos, escritura, etc.).
- El desarrollo socioeconómico y demográfico de cada población es fundamental para
su diferenciación
social e individual (autoconciencia
reflexiva). A su vez, el desarrollo de la autoconciencia (social, personal socializada, personal independiente) conlleva al desarrollo tecnológico y simbólico de las poblaciones que
logren alcanzar un nivel adecuado, pudiendo establecerse una correlación entre
ambos procesos. El desarrollo conductual siempre estaría ligado al desarrollo
demográfico, social y cultural.
- Las características
medioambientales (demográficas, socioeconómicas, tecnológicas,
etc.) siempre son diferentes en cada tiempo y lugar. El global desarrollo
histórico de la evolución cultural y simbólica es un continuum con aspecto de heterogeneidad temporal y
espacial, que adquiere el aspecto de mosaico en los aspectos
cognitivos como culturales.
- En este continuum se producen diversos estados
intermedios, pues depende de
varios factores interconectados (capacidades y desarrollo cognitivos,
lenguaje previo, medioambiente sociocultural, etc.). De ellos podemos
tener conciencia de su existencia, pero no de sus precisas características.
- La evolución cultural y simbólica es acumulativa,
pues en su desarrollo utiliza anteriores conceptos (simbólicos o no) más
elementales, pero imprescindibles para toda evolución cultural. Para su logro
es necesario estabilidad demográfica
que facilite su perduración, transmisión generacional y progreso.
- Los componentes básicos de la conducta simbólica
humana que constituyen su evolución cultural y cognitiva son la individualidad
social y personal o autoconciencia
(adornos, presencia de pinturas, arte, etc.), y los conceptos del tiempo (conducta
mediada por procesos temporales) y del
espacio (conducta dependiente del factor geográfico).
Aplicación de estos conceptos
- Es necesario crear un modelo de desarrollo cultural a lo
largo de la evolución del género Homo.
El continuum y la obligada
utilización del acervo cultural de cada especie nos indican que hay que buscar siempre
tales antecedentes, pues aunque no se conozcan siempre existe una continuidad.
- La
forma en que tales conceptos (individualidad, tiempo y espacio) se desarrollan
puede ser diferente para cada grupo humano, pues las posibilidades de
creación cultural pueden seguir caminos distintos. De este modo, lograrían
diversas poblaciones humanas el desarrollo de las capacidades cognitivas
superiores con algunas diferencias importantes entre ellas, mientras que otras
no pueden hacerlo.
- Tales
caminos y logros sólo pueden conocerse por medio de los datos que nos aportan los
yacimientos arqueológicos, que son un reflejo de la conducta de los
humanos que vivieron en tales lugares. Si con el tiempo y nuevos
descubrimientos se producen cambios sustanciales en los datos a interpretar, se
procedería a realizar una nueva interpretación de los mismos con los premisas
de la Arqueología cognitiva.
-
Toda conducta simbólica tendría un proceso creativo paulatino, que iría
desde la forma más sencilla y elemental a la más compleja. Por tanto, lo más característico de su expresión en los momentos
de inicio, correspondería a formas con un desarrollo muy elemental, con falta
de elementos complejos y determinantes claros, produciéndose así dudas sobre su
propio contenido simbólico.
- En la creación de las
conductas simbólicas complejas, no existe una rígida cadena de logros
consecutivos, por donde los grupos humanos deban ir pasando
sucesivamente en el intento de elaborar las condiciones precisas para producir
una conducta moderna. La creación y desarrollo de cada uno de los componentes
elementales y necesarios para su creación, puede irse desarrollando de manera
independiente, de diferente forma y con mayor o menor rapidez en su producción, dentro
de las diferentes poblaciones humanas existentes en ese momento, pudiendo o no
confluir en un determinado tiempo y lugar.
- Durante el inicio
del período de formación simbólica no hay por qué inferir otros elementos
simbólicos, de los que no tengamos ningún testimonio arqueológico, sólo
por la posibilidad teórica de su existencia.
Sin embargo, aunque
el desarrollo de toda forma conductual simbólica debería ser anterior a su
posible representación simbólica por medio de un determinado objeto, la confirmación de todo proceso simbólico
se obtendrá sólo con el hallazgo de elementos arqueológicos que puedan
confirmar tal manifestación. La perduración o generalización del
mismo será igualmente confirmada por el debido encuentro de elementos
simbólicos que lo justifiquen.
- Para analizar el simbolismo
de un objeto o una conducta determinada, debemos estudiarlo dentro del contexto
sociocultural al que pertenece, y no inferir conclusiones que
pertenecen a períodos diferentes o más recientes.
- La creación de un fenómeno sociocultural de base
simbólica no siempre perdura en el registro arqueológico, pues necesita
la existencia de una base social que garantice su mantenimiento y transmisión
generacional dentro de la población. En los
diversos lugares donde se vayan produciendo las condiciones para el desarrollo
de un sistema de comunicación de estas características, puede irse viendo la
producción de elementos culturales con una mayor carga simbólica, como
soluciones a determinados problemas de variado matiz (ambiental, social,
técnico, etc.), persistiendo y aumentando dichas características como
confirmación del mantenimiento de la población y de su desarrollo lingüístico.
-
En el momento de simbolización de una determinada abstracción, puede utilizarse
elementos existentes en el contexto donde se produce tal fenómeno. De
este modo, tal elemento u objeto pudo tener un significado diferente conocido
por todos, tomando a partir del consenso social sobre la nueva función
simbólica un significado añadido o diferente. Así, el elemento físico con un
significado simbólico ampliamente usado en el tiempo, no tiene porqué tener el mismo
significado de representatividad abstracta, pues en determinados
momentos o períodos puede cambiar de simbolismo.
La
utilización de estas premisas sobre el desarrollo de la conducta simbólica
tiene gran importancia metodológica, pues nos pueden ayudar a comprender el
desarrollo cultural dentro de unos límites lógicos, basados en los datos que la
Arqueología y la Paleontología nos ofrecen sobre las propias características de
los seres humanos y de sus actuaciones.
Trabajos
realizados y publicados
- Exposición del método.
Nueva vía metodológica en el
estudio de la conducta humana, por medio del desarrollo de una síntesis
elaborada con las aportaciones de varias ciencias relacionadas con los seres
humanos (Biología evolutiva, Neurología, Psicología y Sociología). Tal síntesis
ha dado lugar a un modelo psicobiológico sobre nuestro
comportamiento en todas las fases de evolución cultural. Su aplicación al
registro arqueológico permite una explicación de la conducta en todos sus
periodos, pudiendo denominarse su actuación como Arqueología cognitiva.
- Estudio de la cognición entre HAM y
neandertales.
Donde se analizan las
diferencias de las dos poblaciones humanas que vivieron en Europa durante el
inicio del Paleolítico Superior, desde un punto de vista cognitivo y cultural.
La meta que se persigue es una mejor comprensión sobre la relación biológica
que pudo existir entre ellos, así como las capacidades cognitivas que pueden
deducirse de la conducta observada en el registro arqueológico. La síntesis de
estos análisis nos puede aclarar, con un mayor poder explicativo, importantes
aspectos sobre su diferente cultura y la definitiva desaparición del
Neandertal.
* RIVERA, A. (2008): “Relación entre Neandertales y Cromañones: un enfoquecognitivo”. Zephyrus, LXI.
- Análisis de la transición del
Paleolítico medio al Superior.
La transición europea al Paleolítico
Superior fue un complejo proceso del que se continua en constante controversia.
Los datos arqueológicos, por sí solos, no logran aclarar convincentemente a la
comunidad científica que los estudia. La Arqueología cognitiva, con la nueva
metodología que aplica, puede aclarar muchas de las dudas que tal periodo
plantea (Rivera 2009).
- Racionalización del simbolismo. La
muerte en el Paleolítico Medio.
El simbolismo es la principal
característica de la conducta humana, pero sigue siendo desconocido en muchos
aspectos. Se realiza un análisis estructural del simbolismo humano, por medio
de una síntesis metodológica elaborada con las aportaciones de varias ciencias
relacionadas con los seres humanos (Biología evolutiva, Neurología, Psicología
y Sociología). Tal síntesis ha dado lugar a un modelo Psicobiologico sobre
el comportamiento humano, que nos permite elaborar un método adecuado para el
estudio del simbolismo, desde su origen hasta su plena manifestación con las
características actuales. Posteriormente, se aplicaría a las conductas
funerarias que se conocen del Paleolítico Medio de Europa, del Próximo Oriente
y del MSA de Sudáfrica, para valorar la intencionalidad de los enterramientos,
junto con el posible simbolismo asociado a ellos. También, se estudiará la
antropofagia como forma de eliminación de los cadáveres en este periodo,
intentando comprender si se realizaba como conducta de supervivencia o asociada
a elementos simbólicos similares a los relacionados con los enterramientos
(Rivera 2010).
* RIVERA, A.
(2010): “Conducta simbólica. La muerte en el Musteriense y MSA”. Zephyrus. Vol. LXV 39-63.
- LAS CONDUCTAS SIMBÓLICAS
EN EL PALEOLÍTICO. UN INTENTO DE COMPRENSIÓN Y ANÁLISIS DESDE EL
ESTRUCTURALISMO FUNCIONAL.
Se trata de estudiar las conductas
simbólicas humanas en el inicio de su desarrollo (Auriñaciense y
Chatelperroniense). Abarcaría las principales muestras de conducta simbólica
(sociales, espirituales, religiosas, etc.), por medio de su representación
arqueológica (adornos, grabados, pinturas, enterramientos, conductas sociales,
etc.). Realizado junto con el profesor de la UNED Mario Menéndez (Rivera y
Menéndez, 2011).
* ARDILA, A.; OSTROSKY-SOLÍS, F. (2008): “Desarrollo
Histórico de las Funciones Ejecutivas”. Revista Neuropsicología,
Neuropsiquiatría y Neurociencias, Vol.8, No.1, pp.
1-21.
* BAQUERO,
R. (2004): Vygotsky y el aprendizaje
escolar. Barcelona. Aique Grupo Editor.
* HERNANDO, A. (1999): “Percepción de la realidad y Prehistoria,
relación entre la construcción de la identidad y la complejidad socio-económica
en los grupos humanos”. Trabajos de Prehistoria.56
(2): 19-35.
* MALAFOURIS,
L. (2008): Between brains, bodies and
things: tectonoetic awareness and the
extended self. Phil. Trans. R. Soc. B 363, pp.1993-2002.
* RIVERA, A. (2010): ”Conducta simbólica. La muerte
en el Paleolítico Medio y MSA”. Zephyrus. Vol.
LXV.
* RIVERA,
A. y MENÉNDEZ, M. (2011): “Las conductas simbólicas en el paleolítico. Un
intento de comprensión y análisis desde el estructuralismo funcional”. Espacio,
Tiempo y Forma. Serie I Prehistoria y arqueología. Nueva época nº 4.
* RIVERA, A. (2009): “La conducta
moderna en el Paleolítico superior inicial”. Espacio, Tiempo y Forma.
Serie I, Prehistoria y Arqueología. Nueva época, 2.
- RIVERA, A. (2009):“La
transición del Paleolítico medio al superior. El Neandertal”. ArqueoWeb 11.
* RIVERA, A. (2008): “Relación entre Neandertales y Cromañones: un enfoque
cognitivo”. Zephyrus, LXI.
* RIVERA,
A. (2008): “Cognición y conducta de neandertales y humanos modernos”.
Revista Portuguesa de Arqueología. Vol. 11(1): 5-32.
* RIVERA,
(2004): “Arqueología cognitiva. Una orientación psicobiológica”. ArqueoWeb 6
(1). (UCM).
* RIVERA,
A. (2003-2004): “La conducta simbólica humana: Nueva orientación metodológica”.
Espacio, Tiempo y Forma. Serie I, Prehistoria y Arqueología, 16-17:
313-335.
* TOMASELLO, M. (2007): Los orígenes culturales de la cognición humana.
Amorrortu. Buenos Aires.
* RENFREW, C. (2008):
“Neuroscience, evolution and the sapient paradox: the factuality of value and
of the sacred”. Phil. Trans. R. Soc. B 363, pp. 2041-2047.
* VYGOTSKY, L. S.
(1979): El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Crítica. Barcelona.
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