lunes, 10 de noviembre de 2014

Las manos paleolíticas. La cueva de Gargas

Las representaciones gráficas paleolíticas son muy numerosas y variadas. Sin embargo, hemos de reconocer que estas expresiones gráficas se basan en temas conocidos de la vida cotidiana, es decir, que tratan sobre temas presentes en la sociedad y en el medio en el cual vivían. La iconografía se limita a tres grandes grupos, cuya relación entre ellos aún no es muy conocida.

- Relacionados con los seres humanos tenemos las figuras de manos, manifestaciones de órganos sexuales (vulvas y penes), y representaciones humanas (antropomorfos y teriomorfos), que pueden ser naturales o esquemáticas. Forman un grupo algo heterogéneo pero con un lazo de unión muy significativo: el ser humano.


- Un amplio bestiario de figuras de animales peligrosos y nunca como meta de caza (leones, rinocerontes, etc.) o relativamente poco peligrosos y como meta de caza (bisonte, cabra, etc.). Son los más numerosos y más llamativos por su alto niveles de representación.

- La representación de gran variedad de signos, que sin duda estarían de alguna forma relacionados con los anteriores grupos. Son muy numerosos y variados, posiblemente de diversos significados.

No es difícil concluir que las todas estas figuras, dentro de una misma relación topográfica, social, espacial y temporal, debieron de tener lazos comunes de significación. El problema es encontrar tales lazos con un fundamento teórico mínimamente aceptable, lo que debería de realizarse dentro de la Arqueología cognitiva, pero dado su parco desarrollo no ha podido ofrecer una metodología adecuado para tales estudios. Dentro del primer grupo, que en teoría es un poco marginal en número, tenemos que son muy tempranos en todas sus manifestaciones (manos, órganos sexuales, antropomorfos y teriomorfos) y formas (pinturas, grabados y esculturas). En otras entradas anteriores podemos ver como las manos figuran entre las dataciones más antiguas que rondan sobre el 40.000-35.000 BP, comenzando dentro del Auriñaciense, aunque la mayoría son del Gravetiense (Inicios del arte paleolítico; Arte paleolítico.Antigüedad y relaciones sociales).

Podemos pensar que los animales son el centro de la interpretación del arte paleolítico en todas sus épocas, en función de su variedad y número, pero hay que pensar en que siempre giran en torno de un concepto humano (sin duda poco conocido), es decir, sean lo que signifiquen tales representaciones siempre serán concepciones simbólicas del mundo (vivencial o espiritual) en el que viven los seres humanos que las crearon. Las representaciones humanas en el arte paleolítico serán menos numerosas, pero forman el eje del conjunto de significados que puedan entrañar estas muestras de representaciones graficas.

Las manos dentro de las representaciones gráficas

Las manos en el arte rupestre constituyen una muestra iconográfica muy interesante, pues su significado estaría relacionado con componentes sociales, personales y espirituales que pueden variar según su ubicación. Su distribución en el paleolítico europeo abarca unos 20 yacimientos. En España las encontramos en Altamira, El Castillo, La Pasiega, La Garma, Fuente del Trucho, Fuente del Salín, Maltravieso, Tito Bustillo. En Francia en Gargas, Tibiran, Cosquer, Trois-Fréres, Perch-Merle, Le Fieux, Roucadour, Arcy-sur-Cure, Les Merveilles, Font de Gaume, Bernifal, Erbérua, Chauvet, Moulin-de-Laguenay, Bison, Les Combarelles, Paglicci, Labattut y Poisson (Sanchidrían, 2001).

Panel manos de  El Castillo
Las manos son una muestra de cómo una parte (manos) puede representar a un todo (ser humano que la realiza). Difieren de las demás muestras gráficas en su técnica de realización (impronta de color ya sea negativa o positiva), pero sobre todo en que son una imagen real de sus autores, son como una huella de su existencia. Sin embargo, aunque desconozcamos su significado exacto, si podemos establecer una división general en función de su ubicación. En general, la intención de separar las manos del área de hábitat, para un preciso fin no bien conocido, es una conducta social-simbólica que se inicia precozmente desde el Auriñaciense. Paralelamente, existen paneles de manos que coexisten con las zonas de habitación, pudiendo ser vistas continuamente por los miembros del grupo social, lo que parece que sería una consecuencia de su creación, es decir, ser vistas constantemente sin tener que desplazarse. El simple o complejo aislamiento (depende de lo alejado que se realice del hábitat) de la vista de la sociedad de estas, tendría un diferente significado simbólico. Su estudio se escapa de los ámbitos de este pots, pero que desde la Arqueología cognitiva se están realizando estudios para intentar su aclaración (Rivera y Menéndez, 2011).

Pero, ¿a qué todo representan? La respuesta la debemos buscar en las características espaciales de su ubicación y en la forma de representación (aislada o en grupos). Las manos aisladas que se encuentran en zonas profundas y oscuras de las cavidades, no dejan de ser partes de un todo que exija estas características (teriántropo). Las manos, teriántropos y algunos antropomorfos pueden ser las manifestaciones de un mismo proceso, siempre y cuando cumplan las condiciones expuestas anteriormente, aunque muy difícil de precisar.

Habría que valorar su gran facilidad de representación en cualquier función, de una manera más rápida y simple. Hay que tener en cuenta lo fácil de su realización, que son como un aparte de su autor, que son muy antiguas (p. e. El Castillo) y desde su inicio algunas de ellas se introducen dentro de las cavidades y están aisladas. Veremos su ubicación y distribución en una de las cavidades más representativas de estas manifestaciones gráficas. La cueva de Gargas.

La cueva de Gargas

- Uso y distribución general de la cueva.


La cueva de Gargas está situada en el territorio del municipio de Aventignan (Hautes–Pyrénées, Francia). La cueva se compone de dos partes, una inferior que es en muy ancha y alta, mientras que la superior (por estar más alta) es más pequeña y estrecha. Se comunican por un pasadizo muy estrecho que obstruyó ya en el Paleolítico, lo que indica que son como dos cuevas separadas a efectos de la vida paleolítica. Actualmente, se ha realizado un túnel que permite el paso a los visitantes desde la parte inferior (entrada) a la superior para salir.

La cueva fue habitada durante el Musteriense y el Paleolítico superior inicial, pues con el Gravetiense se acaba su andadura como hábitat, provocado por un derrumbe que la inutiliza para tal fin. Este hecho es de gran importancia pues nos ofrece un importante dato sobre su cronología y atribución cultural. El hábitat se extiende por sobre todo por la Sala I (ver mapa), sin descartar alguna extensión a la Sala II. Las excavaciones actuales y antiguas se han localizado en la primera sala, inmediatamente después del derrumbamiento que obstruyó la entrada.

- Representaciones gráficas.

Manos agrupadas en panel (Gargas)
Las representaciones gráficas se distribuyen prácticamente por toda la cueva inferior. Las manos son muy numerosas (231) y están pintadas en su mayoría de negro (143), de rojo (80) de ocre (5) y otros (3). No todas se pueden describir con exactitud, pues su delicada conservación impide poder ver bien a todas. No obstante, podemos recabar la existencia de manos izquierdas (136) y derechas (229). Un dato que siempre ha llamado la atención es la posible mutilación de los dedos, pues de las manos bien reconocibles tenemos intactas (10) y con mutilaciones o lisiadas (144). Sus dimensiones permiten atribuir a sus autores como de todas las edades y sexo.

La mano del nicho
Se distribuyen en 10 conjuntos en la primera sala, la mayoría de ellos en la pared izquierda de dicha sala, muy cerca del yacimiento y a la vista de sus habitantes. El más lejano se encuentra en el inicio de la Sala III (Santuario de las Manos). Un poco antes se encuentra “La mano del nicho”, mano negra, aislada y con la falta de dos falanges. Repartidas por el interior se encuentran otras 32 manos negras y rojas, estando en general aisladas.

Manos de Gargas con dedos "amputados"
La falta de falanges siempre ha llamado la atención, por lo que se han realizado diversos estudios enfocados al análisis de sus causas. Pueden ser el resultado de doblar los dedos en el momento de su realización; ser amputaciones reales por enfermedades como la de Raynaud o de Ainhum, accidente o rito social; representan un lenguaje de signos (Leroi-Gourhan); o son parte de una interpretación chamánica del trance, en el que la mano comienza a atravesar la pared hacia el mundo espiritual (Jean Clottes). Es muy difícil llegar a conclusiones bien fundamentadas, sobre todo porque es posible que se dieran a la vez algunas de estas teorías. La amputación real es muy posible que sea cierta, en un mundo frío que favorecía muchas lesiones y enfermedades, con una utilización de las manos como principal herramienta de subsistencia (trabajos tecnológicos, caza, recolección, etc.), y en constante relación con numerosos peligros en sus actividades logísticas (depredadores, accidentes, agresividad medioambiental, etc.). Aunque su gran número parece exagerado como causa única de tales amputaciones. Las amputaciones rituales en señal de duelo, vistas por comparaciones etnográficas actuales, no tienen mucho fundamento, sobre todo la gran pérdida de utilidad que en algunos casos se aprecia en manos muy mutiladas. Por otro lado, en el periodo del inicio del paleolítico superior no está demostrado que existieran ritos de duelo tan elaborados como en las poblaciones posteriores con una diferencia temporal de casi 30.000 años.

La posibilidad de que con los dedos doblados se quiera indicar “algo” presenta cierto interés añadido a su producción, pero debería de ser un concepto muy limitado en su muestrario visual. La idea de Leroi-Gourhan de indicar un lenguaje de signos que utilizan en la caza o para la transmisión de los cuentos de iniciación, parece muy sofisticada y poco realizable, tanto por su delimitado desarrollo cognitivo como por la parquedad de símbolos (falta de dedos) que utilizar en su declamación. Si podría indicar cierta relación familiar que les separase del resto del grupo, lo que aumentaría su concepto de individualidad personal y social restringida. Cada grupo familiar tendría una simbolización digital (individualidad social restringida), pero todos entran en los paneles (individualidad social plena). Igualmente, podría reflejar cierta estructuración social y laboral, pero es imposible aportar datos al respecto.

Las pinturas y grabados de animales se dan en 148. La mayoría de ellas se sitúan en lugares de difícil acceso. Salvo algún grabado en la Sala I situados enfrente de la pared con las manos, se sitúan en la Sala II (Baldaquín) y sobre todo en la Sala III, bien adentro de la cueva. La fauna representada son bueyes (19), bisontes (35), caballos (43), íbices 815), alces y cérvidos (9), Mamuts (6), pájaros (2). Los animales únicos son varios: oca salvaje, jabalí, oso, felino, posible cuervo. Estos últimos a veces de difícil identificación.

Aunque hay ciertas anomalías, tradicionales en todos los yacimientos con pinturas en cuevas, puede concluirse que en la zona de hábitat o muy próximo a él se sitúan los paneles de manos, que pueden ser vistos constantemente por la población. Parece que reflejan de alguna manera a la sociedad, estructurada o no (mensaje de los dedos), pero real y cohesionada como grupo en estas manifestaciones gráficas. Su origen es claramente social, propio como grupo, o indicativo de uso de la cueva para otros humanos que llegaran en periodos en los que no estuvieran.

Sin embargo, las manos aisladas (igualmente mutiladas, pues también serían miembros de la sociedad más o menos estructurada) parecen que dan paso a un mundo diferente o espiritual, guiados o encauzados por los intermediarios paleolíticos (teriomorfos o manos con representación del todo). Su significado, aún poco claro, es social pero con un matiz muy especial, pues estaría relacionado con unas creencias de carácter espiritual de muy difícil aclaración. La mayoría de los animales se encuentran en la zona espiritual, tras el paso de la mano del teriomorfo. Ver conductas espirituales o religiosas en el blog (Rivera y Menéndez, 2011).

Conclusiones

Los datos de una sola cavidad (Gargas) solo pueden ser indicadores de las características generales de las pinturas paleolíticas. Las conclusiones deben de realizarse mediante estudios globales, los cuales, al aportan muchos más datos, nos facilitan la tarea de su complejo análisis.

- No todas las representaciones gráficas de manos tienen el mismo significado. Su relación con el hábitat y formación de grupos o no pueden ser datos muy significativos.

- Su representación como parte de teriántropos (p.e. “La mano del nicho”) sería muy significativa para la explicación general del arte paleolítico realizado en la profundidad o en lugares ocultos de las cuevas.
Teriántropo de Chauvet

- Las manos, como parte del significado del uso de las cavidades, tendrían una relación con el bestiario representado.

- Planteamiento del problema dentro del contexto cognitivo humano. El inicio del Paleolítico superior coincide con el desarrollo de la autoconciencia en niveles que podríamos llamar como modernos (conciencia de uno mismo en el tiempo y en el espacio). Esto limita mucho las posibilidades explicativas, pues los niveles de autoconciencia, aunque considerados como modernos, fueron muy diferentes a los nuestros en la actualidad. No se pueden extrapolar conductas, ideas o conceptos actuales a aquellas fechas y poblaciones. El desarrollo cognitivo es una constante que se genera, se mantiene y se transmite por medio del lenguaje, y este lleva desarrollándose solamente unos 2,5 millones de años, y con características modernas unos 40.000 años.

- Los conocimientos solo pueden adquirirse del medio ambiente en el que se vive. El cerebro solo es un procesador (racional y emocional) de los datos que adquiere. La existencia de “otro mundo” diferente al que se vive, solo puede adquirirse de las sensaciones y experiencias que producen los estados de conciencia alterados. Podemos conocer el inicio del proceso, pero no su desarrollo práctico y social. Lo que sí parece cierto es que las manos aisladas y en lugares profundos tuvieron un papel importante en este proceso, muy posiblemente como representantes del todo que serían los teriomorfos.


* SANCHIDRIÁN, J. L. (2001): Manual de arte prehistórico. Ariel.