domingo, 6 de septiembre de 2015

La interdisciplina como método de análisis científico

El desarrollo de la Ciencia es un proceso arduo, complejo y exhaustivo para todos aquellos que intentan avanzar en cada una de las parcelas la integran. Si durante el Renacimiento parecía posible que algunos estudiosos pudieran abarcar gran parte de sus disciplinas, en la actualidad es un hecho prácticamente imposible, o por lo menos con una muy limitada realización. La propia evolución de la Ciencia en estos últimos siglos nos muestra que su excesiva división ha sido necesaria para el adecuado desarrollo doctrinal de cada una de las diversas parcelas académicas que se han ido creando a lo largo del tiempo. Pero con tal necesidad práctica se perdió gran parte la integración científica, siempre en aras de mayores desarrollos doctrinales, pero con importantes ausencias de comunicación entre ellos. Es decir, la Ciencia avanzó en gran medida, pero con grande dosis de individualidad metodológica que hicieron perder la noción del bosque que debería de ser la reunión de los diversos árboles que constituyen todas las disciplinas académicas.

Pero muchas veces la realidad en estudio por cualquiera de las ciencias conocidas obligaba a realizar diversas intromisiones en otras ciencias que también trataban sobre tales problemas, aunque fuera con otro punto de vista o solo de una forma aparentemente tangencial. Los estudios multidisciplinares siempre ha tenido cierto desarrollo, pero muchas veces se ha realizado como para salir del paso o fundamentar problemas concretos y limitados. Es decir, se utilizaba teorías u orientaciones metodológicas de otras ciencias para reafirmar nuestro trabajo, muchas veces sin conocer a fondo su fundamento teórico. Si ha habido una parcela científica que más ha sufrido estas circunstancias, sin duda ha sido las llamadas ciencias sociales, y entre ellas la Arqueología por la gran dificultad que su desarrollo conlleva.

Modelo interdisciplinar de la Arqueología cognitiva

Por otro lado, los científicos solo pueden utilizar los conocimientos propios de su época y que mayoritariamente utiliza la disciplina en la que se han formado. En este contexto, aparece lo que se llama deformación profesional, proceso socio-académico que afecta a la mayoría de los componentes de cualquier disciplina. Así, se ven los problemas a tratar desde un punto muy semejante, tanto en la exposición de los problemas como en la forma de poder estudiarlos. Muchos avances teóricos han surgido de gente que ha querido romper estas tendencias y ha elaborado nuevos caminos, lo que ni es fácil ni está al alcance de todos. El simple hecho de aunar diversas disciplinas en el estudio de un problema determinado, aunque haya generado importantes avances teóricos, muchas veces es insuficiente, pues no siempre se eligen todas las disciplinas relacionadas con el problema ni existe entre todas ellas una coordinación teórica aceptable. Parece necesario el desarrollo de una integración con las características de interdisciplina que supere los problemas ya enumerados de la simple multidisciplina. La interdisciplina o la observación y  aceptación coordenada de los que dicen otras ciencias o científicos es un proceso que muchos teóricos han resaltado desde hace muchos años. Un ejemplo lo tenemos en las palabras del Dr. Gregorio Marañón escritas en el prologo de un libro ya en 1952:

Dr. Gregorio Marañón
Los hallazgos definitivos no han surgido de una verdad nueva, sino de una ordenación racional de una serie de verdades conocidas y dispersas: racional o causal, porque en este juego de estructuración de datos no sistematizados ocurre como en la solución de los rompecabezas, que unas veces surge del ingenio y otras del puro azar. Lo que no puede faltar nunca es la atención. La atención es en la Ciencia lo que la luz en el cuarto oscuro, que de repente se ilumina y parece que crea lo que, sin embargo, estaba allí y no alcanzábamos a ver.

La cita del Dr. Marañón expresa una realidad que muchas veces no es tenida en cuenta con su verdadera trascendencia. Si seguimos su consejo, tras haber leído numerosa información relativa a diversas ciencias que estudian al ser humano desde puntos de vista diferentes, es el momento de prestar la atención debida a cada una de ellas, con el propósito de analizar su interconexión e intentar agruparlos en un proyecto común. Es decir de elaborar síntesis interdisciplinarias en todos los aspectos que conciernen a su estudio. Por mucho que sean diferentes en sus respectivos enfoques, debe existir un común punto de encuentro, pues no hay que olvidar todas ellas tienen como fin principal al ser humano y a sus manifestaciones socioculturales (p. e. los datos arqueológicos en la Arqueología). Un mismo fin, aunque visto desde parcelas teóricas diferentes. Si en esta confluencia de intereses se apreciasen importantes contradicciones, habría que pensar que alguna determinada teoría, de las disciplinas usadas en estos asuntos, pudiera no ser correcta, pues en la explicación de la realidad humana no pueden coexistir conceptos claramente antagónicos. Tal vez el problema radica en la falta de puntos de enlace, que puedan articular tal disparidad de información.

Actualmente, el seguir trabajando en cualquier ciencia sin métodos interdisciplinarios es un procedimiento que, por lo menos, va en contra del sentido común que tanto ha caracterizado a los prohombres de ciencia. Insistir en proseguir trabajos mediante métodos académicos que encuentran una fuerte contradicción con los recientes avances de otras disciplinas no parece muy lógico y, desde luego, poco práctico. Igualmente, parece necesario romper algunas tradiciones académicas en aras de una mayor amplitud científica, que nos pueda ofrecer a nuestras hipótesis fundamentos teóricos mejor elaborados y más fiables.


Teoría evolutiva y Arqueología 

Todos estaremos de acuerdo en que la evolución es el fundamento de todo el desarrollo morfológico y conductual de todas las especies biológicas. El estudio sobre la conducta humana debe de iniciarse con el conocimiento de la evolución del cerebro que hizo posible tales hechos. Esta es la opinión Juan Luis Arsuaga, quien afirmaba lo siguiente:  

Es muy atrevido escribir cualquier tesis sobre el comportamiento humano sin conocer la teoría de la evolución, siendo un disparate que en las universidades se estudien como ciencias separadas. Parece que se ignora que el descubrimiento más asombroso de la humanidad es la evolución, y sin esta revelación no se puede entender nada del ser humano (curso de verano 2004. Universidad Complutense. El Escorial).
Charles Darwin 

Su estudio es un claro ejemplo de la necesidad y uso de la interdisciplina, pues la articulación de datos y coordinación de todas las ciencias que traten del problema, es fácil de decir y muy complejo de resolver. Quizás este sea el verdadero éxito de Charles Darwin (1809-1882)cuando realizó su teoría de la evolución. El inicio de tal andadura científica tuvo sus raíces en diversos autores del siglo XVIII, aunque el arranque definitivo se logró con la publicación de El origen de las especies en 1859, donde pudo explicar su teoría sobre el origen de las diferentes especies que conocemos. En el ambiente cultural de su época ya existían ideas semejantes que intentaban explicar el origen y diversificación de las especies de seres vivos, por medios diferentes a los que la religión hegemónicamente había mantenido durante siglos. Tal es el caso del conde de Bufón, Georges Louis Leclerc (1707-1788); del propio abuelo de Darwin, el médico Erasmus Darwin (1731-1802), y del caballero de Lamarck, Jean-Baptiste-Pierre-Antoine de Monet (1744-1829). Estos autores, junto con otros menos conocidos, crearon una atmósfera científica que favorecía el conocimiento y el desarrollo de estas nuevas vías explicativas sobre la realidad viviente.


La teoría de la evolución rompió el estancamiento científico que presidía su entorno, siendo el comienzo de una nueva y mejor forma de comprender la propia existencia biológica, que de otra manera sería imposible conocer. Las elocuentes ideas de Darwin estaban en su origen limitadas por el precario desarrollo científico de su tiempo, pues todas sus conclusiones debían adecuarse a los datos que en ese momento tenía a su alcance. La escasez de conocimientos sobre genética y desarrollo embrionario, tenían que limitar forzosamente sus deducciones sobre la forma de producción del cambio morfológico, presentando a la selección natural como la principal guía de los cambios anatómicos que se fueran produciendo. Con estas circunstancias desarrolló su axioma más característico o que más fama ha tenido: La supervivencia del mejor adaptado o menos malo. No obstante, admite que existen otros factores en la modificación de las especies (Darwin, 1988: 55), los cuales pueden dar lugar a cambios poco adaptativos. Estos conceptos antagónicos los complementa mediante la idea de que los seres vivos se consideren como sistemas integrales, por lo que una modificación adaptativa puede producir otra no adaptativa por sí sola, pero compensada por la adaptabilidad global del ser vivo. Igualmente, un órgano seleccionado para una función determinada, puede realizar otras funciones para las que no fue seleccionado. Tal proceso, fundamental en la evolución humana, es conocido con el nombre de exaptación.


Sin duda, su trabajo tuvo un amplio carácter interdisciplinario (Biología, Geografía, Demografía, Geología, etc.) como no podía ser de otra manera, aunque limitado por las condiciones teóricas de la ciencia en su época. Supo coordinar todos los datos que se conocían, aunar su propia experiencia del largo viaje en el HMS Beagle, y realizar una teoría coherente con toda la información (interdisciplinaria) que superaba todas las conocidas hasta entonces.

La interpretación arqueológica

Un caso similar es el que ocurre con la metodología interpretativa dentro de la Arqueología. En este caso los seguidores de la Nueva Arqueología o Procesualismo, es decir, de la línea teórica desarrollada en el s. XX opinan que las teorías a cerca de las capacidades cognitivas sobre la base de filiación taxonómica, no deben tener un papel a priori. Las herramientas clave serían la arqueología, los estudios paleoambientales, modelamientos climáticos y los métodos de integración de los resultados de estas disciplinas (Evolución cultural. Metodología y formas de estudio I). Parecen que quieren dar a entender que las características evolutivas referentes a su funcionamiento neurológico y psicológico de cada especie humana no tuvieran nada que ver con la creación y el desarrollo de la culturas de los seres humanos. Naturalmente, desde la más simple interpretación de la Arqueología cognitiva tal aseveración nunca puede ser aceptada (Evolución cultural. Metodología y formas de estudio II).

En este contexto, se conocen algunos autores que son muy críticos ante la situación de analizar un problema sin conocer a fondo todos los conocimientos que la ciencia en general posea.  Francis Harry Crick (1916-2004), premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1962 por su contribución al descubrimiento de la estructura del ADN, expone que la razón no es suficiente para entender nuestra realidad neurológica, teniendo una gran capacidad de autoengañarnos acerca del funcionamiento cerebral en relación con el mundo en el que vivimos y consigo mismo, pues lo que conocemos del cerebro es sólo una pequeña parte de su compleja dimensión. Por tanto, la Filosofía ha sido en gran parte estéril durante más de 2000 años, y probablemente seguirá siéndolo hasta que los filósofos aprendan a entender el lenguaje del proceso de la información (Crick, 1987: 220-228). Aunque el planteamiento de Crick parece exagerado, no le falta razón, pues estudiar la conducta humana sin conocer el origen y fundamento funcional de nuestro cerebro (Neurología, Psicología, Lingüística, Genética y Biología evolutiva) parece en efecto que es dar golpes de ciego.

La necesidad de la interdisciplina

El concepto de la evolución y el método de interpretación arqueológica son dos pilares fundamentales en los estudios sobre arqueología paleolítica. La aplicación de la interdisciplina en ellos puede ayudarnos en solucionar muchos problemas arqueológicos de compleja solución. 

- Sobre el concepto interdisciplinar de la evolución (La gran complejidad de la evolución morfológica y cognitiva). Cada vez es más difícil mantenernos totalmente fieles a las idas evolutivas creadas con en Neodarwinismo de principios del siglo pasado. Muchas otras ciencias relacionadas con los procesos evolutivos (Genética, Biología del desarrollo, Epigenética, Paleontología, etc.) han desarrollado muchos criterios evolutivos que ofrecen un punto de vista diferente al elaborado en sus orígenes. La evolución es un complejo proceso biológico de carácter multifactorial y heterogéneo en su producción, el cual solo puede entenderse, dentro de la limitación del conocimiento científico actual, con la utilización de los recientes avances teóricos de todas las ciencias que pueden relacionarse con ella.

El problema sería conocer el carácter evolutivo, que confiere al cerebro ciertas características muy relacionadas con la forma de originarse la conducta (Evolución neurológica: Un enfoque interdisciplinario). Sabemos por la Neurología que muchas funciones cognitivas tienen en su funcionamiento áreas comunes de activación, y que la definitiva estructuración funcional del cerebro (mielinización, periodo crítico, plasticidad neurológica, asimetrías cerebrales, etc.) tiene un claro fundamento genético altamente influenciable por las características del medio ambiente en el que nace (inmaduro durante años), destacando en importancia al lenguaje. Es difícil de creer que cada uno de los aspectos cognitivos humanos haya evolucionado por separado, de forma independiente y creando unos circuitos cerebrales que, al proporcionar una ventaja selectiva (Darwin apuntaba que la selección es del individuo, no de un carácter en particular) se propagaba y quedaba impreso genéticamente.

- Sobre la interdisciplina en la interpretación arqueológica. En los estudios arqueológicos aparecen problemas sobre qué ciencias deben tratar de analizar la conducta en el lejano pasado prehistórico. Si nos centramos en los yacimientos arqueológicos, como fuente directa de la conducta paleolítica, la elaboración de estos equipos multidisciplinares debe recaer en el arqueólogo que vaya a dirigir la excavación y realizar su posterior análisis. Así, siempre estarían compuestos por los criterios que su formación académica y tradición arqueológica le indiquen, es decir, por arqueólogos, paleontólogos, y en general de todos los pertenecientes a disciplinas que puedan aportan datos sobre las características geológicas, biológicas y físico-químicas del yacimiento, del medio ambiental existente durante su periodo de formación, y de su ubicación temporal y espacial. Pero, ¿estamos seguros que tal composición cumple todas las posibilidades teóricas para estudiar la conducta de las primitivas poblaciones paleolíticas?, ¿no tendrían algo que decir aquellas disciplinas que tradicionalmente estudian el comportamiento humano en su origen, desarrollo y evolución en general?

Los estudios multidisciplinarios ha sido los más utilizados hasta el presente por los arqueólogos, al sumar las ideas que los diferentes especialistas tenían sobre los datos obtenidos en los yacimientos. Con su unión se intentaba elaborar un trabajo común que explicase la conducta humana de cada yacimiento, y de la unión de todos ellos se intentaría construir modelos más generales sobre el desarrollo cultural de las sociedades paleolíticas. Estos estudios multidisciplinarios se fueron transformando poco a poco en interdisciplinarios al lograr una integración metodológica de todos sus componentes, es decir, que existiera una coordinación común entre las diferentes conclusiones de cada especialista y que entre todos lograran unas conclusiones consensuadas en las que no existieran contradicciones importantes. Esta metodología fue aplicada con éxito en las preguntas sobre el qué, dónde y cuándo de los procesos arqueológicos, pero en su aplicación al cómo y porqué de su producción aún hay mucho camino que recorrer.



La interdisciplinariedad depende de las características del objeto en estudio. En el plano del simbolismo, cognición humana, lenguaje y manifestaciones culturales de cualquier tipo se hace imprescindible el uso de las ciencias relacionadas con la psicobiología del género Homo. La aplicación métodos de carácter interdisciplinario en el estudio de tales cuestiones siempre debe de tener presente los últimos avances de la Neurología, Psicología, Sociología, Lingüística, Biología evolutiva, a los que pueden añadirse los muy recientes estudios de la Paleogenética y Demografía. Solo con una buena coordinación metodológica de estas ciencias es como podemos superar la escasez de datos y la parquedad de métodos aplicados en el estudio de la cognición humana. 

Mi sentido común, puede que el de otros sea diferente, me aconseja estudiar la evolución (clave de todo estudio humano de cualquier signo) con los criterios de un proceso multifactorial (aún no del todo conocido), y a la conducta humana en el pasado (Arqueología) dentro de una amplia interdisciplinariedad

* CRICK, F. H. (1987): Reflexiones en torno al cerebro. En El cerebro. Libros de Investigación y Ciencia, Ciencia Científica, Barcelona.
* DARWIN, CH. (1988): El origen de las especies. Espasa-Calpe. Austral. Madrid.
d’ERRICO, F. y STRINGER, Ch. B. (2011): “Evolution, revolution or saltation scenario for the emergence of modern cultures?” Philosophical Transactions B. 366, 1060–1069.
* KURZBAN, R. (2010): Why everyone (else) is a hypocrite. Evolution and the Modular Mind. Princeton University Press.
* MARAÑÓN, G. (1952): Prólogo del libro de E. Muñoz y A. Mundo: El bazo y sus funciones. Universidad de Granada.